Bueno, bajamos y otra vez al ómnibus ahora si salimos rumbo a Chiang Rai. En el camino empezó a llover, terrible tormenta…tanto que el agua se filtraba por todos lados en el ómnibus, agarramos los cubreasientos y con eso tapamos las goteras, muy pintoresco todo. La siguiente parada fue para almorzar en un restaurante buffet, que por suerte la comida empezó a ser más parecida a la nuestra, con sus gustos diferentes pero ya dejamos el picante. Terminado el almuerzo seguimos camino hasta las termas. No había mucho ahí, era un lugar donde había como fuentes de aguas termales y una feria alrededor. Nos sentamos a mojarnos los pies en las fuentes ya que los guías nos dijeron que eso era algo bueno…lo que no dijeron es que el agua estaba caliente de verdad! Pero no estaba mal así que nos quedamos ahí un rato, hasta nos dio para jugar a quien aguantaba más, era un juego de nunca terminar porque llego un momento en el que te acostumbrabas, así que empate jeje.
Llegando a la última parada, el Templo Blanco ya estábamos bastante cansados por el viaje y lamentablemente llegamos justo cuando el templo estaba cerrando y si que son estrictos, no dejaban entrar a nadie, es más, sacaban a la gente que estaba adentro. Este templo realmente era diferente, todo blanco significa la sabiduría y pureza de Buda, es gran parte de espejos y todo con puntas, eso es algo que Camilo experimentó porque fue a sacar una foto y se acercó tanto que se clavó una punta de la baranda, un triangulito de espejo perfectamente puntiagudo y filoso, lo que le hizo un agujero chico pero profundo en el codo, no pudimos entrar pero él se lleva un recuerdo imborrable del lugar.
Después de todo el largo día llegamos al hotel, vimos la cartelera y nos enteramos ahí que al otro día volvíamos a Bangkok, bastante desanimados porque tremendo viaje para estar menos de 24hs, pero bueno, ya estábamos ahí y había que aprovechar el tiempo. Averiguamos y cerca del hotel había una rotonda que era un reloj que a las 20 y a las 21 hacía como un show de luces y sonido, no nos colgaba mucho pero como era cerca fuimos. La verdad estuvo lindo, algo diferente, nada muy especial pero lindo.
A la vuelta, pasamos por un mercado, no tenía mucha cosa diferente a otros pero siempre algo se encuentra para comprar. Ahora si, una ducha, comer algo y a dormir después de un día largo y agotador.
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