"No viajamos para escapar de la vida. Viajamos para que la vida no se nos escape"
14 may 2015
DIA 3 – Fushimi Inari y Nara
Nos despertamos para ir a desayunar y vimos que estaba lloviendo bastante, así que bueno nos aprontamos para mojarnos un poco en los paseos que teníamos previstos. Salimos todos de paraguas, prestados por el hostel rumbo a la estación de tren. El primer paseo era conocer los toris naranjas, que son arcos que están a la entrada de los santuarios sintoístas, marcando la frontera entre el espacio profano y el sagrado. En Fushimi Inari, que era la primer parada del tren, hay un lugar donde hay túneles formados por muchas de esas puertas, así que fuimos a conocerlos. Llovía bastante fuerte pero nada nos impidió sacarnos algunas fotos, dejando de lado los paraguas de a ratos.
De ahí nos volvimos a tomar un tren con destino a Nara, donde fuimos al Parque Nacional de Nara. Es un parque muy grande donde está lleno de ciervos sueltos por todos lados. Hay de todos los tamaños y están entre la gente como si nada, esperando que le den algo de comer, super acostumbrados a estar entre mucha gente. Hay que tener cuidado con llevar bolsas colgadas porque te las quieren sacar. Estaba parando un poco la lluvia y llegamos al templo Todaji que está al final del parque. Con Ceci ya estábamos un poco cansados y no entramos, pero lo vimos de afuera. Hay un buda de bronce de 16m que desde lejos se veía muy lindo.
Después de todo eso emprendimos la vuelta al hostel, que en realidad no era el mismo, ya que esa noche teníamos que cambiarlo porque no la teníamos reservada. Habíamos buscado por internet y habíamos conseguido uno a 8 cuadras. Por suerte ya no llovía más así que arrancamos caminando por las calles de Kioto buscando el otro hostel. Llegamos y era una especie de edificio que no decía mucho pero que estaba super nuevo. No había nadie en la recepción así que no sabíamos mucho que hacer. Allá al rato apareció una muchacha que nos entendió enseguida quienes éramos porque estábamos todos con valijas y mochilas. Nos dio las llaves de las habitaciones y al entrar ya vimos que estaba muy bueno. Al entrar nos sorprendimos para bien, eran como apartamentos con todo equipado, heladera, cocina, microondas, tele, computadora, etc. Lo mejor de todo tele en el baño frente a la bañera, obvio que me bañe mirando las noticias en japonés. Estaba todo super nuevo, después al otro día nos enteramos que habían abierto hacía muy poco y que éramos unos de los primeros en usar el hostel. Las dueñas estaban muy contentas y emocionadas de que las hayamos elegido. En realidad fue medio de rebote, pero nos salió bien de bien. Nos compramos unos fideos en el Seven Eleven de enfrente y a dormir.
DIA 2 – Hiroshima
Arrancamos muy temprano por la mañana rumbo a Hiroshima, íbamos con una expectativa bastante grande de lo que podíamos llegar a encontrar y ver en ese lugar tan particular. Nuevamente el shinkasen de 2 horas de viaje, llegamos a la estación y ahí nos tomamos un ómnibus turístico para poder llegar a los puntos que queríamos visitar. 1er parada, Hiroshima Castle, no teníamos idea de que nos íbamos a encontrar ahí pero Noe que la tenía bastante clara las cosas de Japón nos dijo que eso estaba bueno y que valía la pena ir. No se equivocó, un castillo muy antiguo que adentro había como un museo samurái. Afuera del castillo había un parque donde estaban pila de niños con adultos dibujando y pintando, unas verdaderas obras de arte teniendo en cuenta las edades de esos nenes. Recorrías el castillo-museo y estaba el traje típico de Geisha y Samurái para sacarse la foto (cosa que todos hicimos). En la cima del castillo se veía gran parte de la ciudad, muy linda la vista.
Al salir de ahí después de una parada técnica para almorzar seguimos rumbo al Atomic Bomb Dome, el edificio que quedó en pie después que cayera la bomba atómica a 600m de altura. Impresionante, nada más que eso se puede decir. Es increíble como conservan los restos de escombros de semejante detonación, el edificio hoy en día está apuntalado para que no se venga a pique pero de todos modos está muy bien conservado. Todo lo que se ve ahí es historia, cada pedacito de piedra y suelo por el que pasas tiene algo.
Seguimos caminando y llegamos al Hiroshima National Peace, es un monumento donde vas bajando como una rampa donde hay una especie de vidriera donde te van mostrando y relatando fechas y datos de lo que paso. Al llegar a bajo del todo hay un espacio donde lo que hay es una imagen de 360º de como quedo la ciudad después de la bomba. En el centro entra una luz por la claraboya que ilumina de manera tenue una cascadita. Una vez que salís de ahí pasas por un hall donde están fotos y nombres de las víctimas, donde estaban en el momento de la detonación. Realmente duro, muchísima gente de todas las edades y muchos que solamente pasaban por ahí por casualidad, otro tanto que todavía no se sabe. Al salir seguimos caminando y llegamos al Cenotafio Conmemorativo de Hiroshima, es la típica imagen del lugar, es un arco y detrás de él hay una llama y más allá se puede ver el domo. Es un recordatorio para la humanidad de nunca más guerra ni utilizar bombas atómicas.
Atrás de esto está el Hiroshima Peace Memorial Museum, al cual entramos con un adioguía en español para poder aprovechar al máximo y no perder detalles. Este lugar muestra más que nada el momento de la detonación de la bomba, no busca explicar ni ponerse en papel de victima o victimario de lo que pasó, sino una visión de lo que vivió la gente y como quedo todo, las consecuencias. Hay muchos relatos y restos de cosas (vasijas, ropas, restos de tejas, mochilas), es verdaderamente impactante. Algo que nos llegó fue la historia de un niño de 3 años que estaba jugando en el patio de la casa con el triciclo cuando fue alcanzado por la bomba y murió, los padres lo enterraron en el fondo de la casa junto al triciclo y 40 años después lo recuperaron y hoy está en el museo. Creemos que esa junto con otras historias de niños y adolescentes que estaban en la escuela son las historias más bravas.
Al salir de ahí teníamos pensado seguir un poco más hasta Miyajima a ver el Tori rojo en el agua, pero ya era tarde, habíamos pasado un día muy intenso y creímos que lo mejor era volver al hostel. Pensamos que íbamos a llegar temprano, fuimos a la estación de tren y tomamos uno que el destino era Kyoto. Todo venía bien hasta que a mitad de camino viene Koala diciendo que el inspector le decía que se bajara que no podía estar en ese tren, sin entender nada nos bajamos, cuando estábamos abajo vimos que justamente en ese tren no podíamos subir porque el japan no lo incluía porque era el super rápido. Nos tomamos el tren que nos dejaba una estación antes de Kyoto y de ahí nos teníamos que tomar otro para después un ómnibus y ahí recién hogar dulce hogar. Conclusión y resumen del viaje, lo que pensamos que nos iba a llevar 2 horas nos llevo prácticamente 5!! A todo esto detalle que nos olvidamos de decir, llovía. Una vez en el hostel, cenar, baño y a la cama. Al otro día teníamos pensado ir a Nara y había que salir temprano otra vez y hacer cambio de hostel.
DÍA 1 – Templos y Parque de Bamboo
Averiguamos como teníamos que hacer para ir a unos templos
que había relativamente cerca. Todas las distancias parecen cerca pero en todo
precisas bus o metro. En este caso había que tomarse un bus hasta la estación
de tren y de ahí tomarse un tren hasta la zona donde estaban los templos. Al
tener el Japan Rail Pass solo lo mostras en la entrada y te subís al tren que
querés. Obvio que cada vez que queríamos tomar uno teníamos que averiguar bien
cual era el que servía, ya que está todo en japonés dentro de los andenes y sin
preguntar previamente no íbamos a entender nada. En inglés están los nombres y
se entiende, pero primero hay que averiguar las combinaciones que hay que
hacer, luego de varios le agarramos la mano.
El parque de bamboo es verdaderamente espectacular, es
gigante y la frescura que hay en ese lugar es perfecta. Los verdes de las
hojas, los caminitos en perfecto estado, nada se encuentra fuera de lugar. Hay
unas cascaditas entre las piedras, son todas imágenes de postales. Después visitamos
algunos templos que estuvieron bueno, había poca gente y un ambiente de
tranquilidad increíble. Algunos estaban en una especie de altura de donde se
tenía una linda vista, y tenían jardines con árboles y flores de todas las
especies diferentes. Todos son más o menos parecidos, no iguales. Seguimos viaje recorriendo las calles y buscamos perdernos, está bueno también eso decir “seguimos por ahí y vemos a donde llegamos” tiene su encanto, a veces te metes por callecitas y barrios que parecen de película. Después de pasear y conocer algunos barrios volvimos al hostel a cenar y dejar las cosas prontas que al otro día salíamos hacia Hiroshima.
DÍA 7 – Viaje a Japón, escala en Singapur
Nos esperaba un largo viaje antes de llegar a la tierra del sol naciente, 6 hs de combi, espera de 4 horas en el aeropuerto de Puerto Princesa, vuelo 2 horas a Manila, llegamos corriendo a tomarnos el vuelo hacia Singapur, donde llegábamos a las 22hs y el vuelo a Tokio era a las 8hs de la mañana. Por lo tanto, nos quedamos a dormir en un rinconcito del aeropuerto que nos pareció lo más cómodo que pudimos encontrar. Después de llenarnos la panza con un super combo, dormimos hasta las 5 para despertarnos y hacer el check in, no estábamos muy lejos. Llegaron las 8 de la mañana y estaba por arrancar el avión, y ya empezamos a tener la impresión de que Japón nos iba a encantar. En la pista, al costado del avión, había varios japoneses con una pancarta que decía “See you again” y haciendo la reverencia y saludando todo el tiempo. Fue un presagio de la amabilidad que íbamos a tener en ese país.
Dormimos un poco y llego la hora de la comida, primero nos
trajeron en una bandeja una toalla húmeda toda arrolladita que no sabíamos para
que servía. Vimos que los japoneses se limpiaban las manos, así que hicimos lo
mismo. Trajeron la bandeja y era arroz, verduras, pollo, fideos frios y frutas.
Obvio que todo esto lo comimos con palitos, imitando lo que hacían los
japoneses nuevamente. Yo le agarre la mano enseguida, Ceci recurrio al tenedor
viendo que tenía hambre y se le dificultaba con los palitos. Llegamos a las 16
hs a Tokio y fuimos a la oficina de Japan Rail Pass, a canjear nuestro pase por
7 días para usar todos los trenes y metros. Nos estaba esperando Mauri, que
había llegado el día anterior a Japón y había pasado todo el día en el
aeropuerto para unirse al grupo con nosotros, ya conocía el aeropuerto de
principio a fin, así que ahora somos 13.
Reservamos asiento en el Shinkansen
que es el tren rápido que nos iba llevar a Kyoto. Nos teníamos que tomar un
metro para llegar a la estación donde salía el tren rápido, nuestro primer tren
bala. Es un medio de transporte que funciona a la perfección y esta pensado
para viajar con equipaje, aunque es verdad que mirar el mapa de todas las
líneas que hay, y todo escrito en japonés asusta un poco. Pero realmente es
fácil después de que entendés un poco la lógica con la que está hecho todo.
Además los japoneses son sumamente amables y te tratan de ayudar en todo
momento, ya sea en inglés o con gestos. Si es necesario caminan contigo varias
cuadras para llevarte al lugar donde tenés que ir, si es que no se pueden hacer
entender. Es un cambio cultural realmente increíble, al que no estamos
acostumbrados y nos impacta positivamente.
El tren bala, está tremendo, va rápido de verdad y ves pasar
las cosas a gran velocidad afuera. Adentro ni te enteras que te estás moviendo
así que el viaje se disfruta mucho. Llegamos bastante tarde a la estación de
metro y nos tomamos tres taxis hasta el hostel. El taxista nuestro dijo que
había entendido donde era, así que fuimos pensando estaba todo bien. Llegamos y
entramos y el de la recepción nos dijo que no era ahí, era otro hostel que
también se llamaba Kahosan, pero no Guesthouse sino Theather. Por suerte
quedaba a 4 cuadras de ahí, así que salimos a caminar por las calles de Kyoto a
las 23hs con todas las valijas para llegar, realmente muertos de cansados
después de tantas horas de viaje. Por suerte llegamos y el hostel estaba muy
bueno, así que a comprar comida rápida de hacer en el Seven eleven que había enfrente
y a dormir.
DIA 6 – PLAYA LAS CABAÑAS
Hoy nuevamente marchamos a las cabañas, íbamos a hacer otro tour, pero precisábamos estar otro día tirados al sol y más pensando que se nos viene un destino que vamos a andar al palo como es Japón. Nos volvimos a tomar un tuc tuc hasta la playa, y nos pasamos en la reposera todo el día, comiendo y tomando cosas frescas. La verdad es que no hicimos mucho más que eso, así que no hay nada para contar, solo que disfrutamos nuevamente de una hermosa playa y se paso muy bien. De noche compramos unas pizzas y las llevamos a la terraza del hostel, para festejar 1 mes de viaje. Entre pizza y cerveza se nos hizo la hora de ir a aprontar las mochilas para partir al otro día bien temprano. Teníamos un largo camino para llegar a Japón.
DIA 5 – TOUR C
Como el día del tour A fuimos al lugar donde lo habíamos contratado, está vez hay 2 variantes: conseguimos una conservadora a la cual le pusimos hielo y compramos bebidas y la otra el clima…hoy está nublado y llueve, pero dicen que sale igual. Llegamos a la playa donde salía el bote no está tan tranquila como el otro día. Hay más “olas” y estaba más crecida pero los señores decían que salía y que estaba todo bien. Bueno, todos arriba empieza el tour. Ya de arranque las olas eran más grandes y el bote se movía bastante más pero cuando mirábamos a los que manejaban y se veían distendidos y riéndose sentimos que de verdad todo está bien. Primer parada, Helicopter Island, se llama así por la forma supuestamente de helicóptero nosotros en verdad de lejos vemos más bien la cabeza de Homero Simpson. En fin, no todos bajamos acá porque estaba bastante complicada la corriente y había muchas piedras. Los que bajaron (entre ellos Camilo) intentaron hacer snorkel pero entre la corriente y la cantidad de gente dieron vuelta así seguimos viaje a la 2da parada. Una vez allí la corriente era peor, más olas y muchas más piedras. De donde te dejaba el bote había que nadar hasta la “entrada” de la playita que se veía de lejos. No me iba a tirar pero después me iba a arrepentir porque seguramente no era tan complicado como lo estaba viendo…error…fue complicado! Jajaj el problema era la corriente y a medida que te acercabas como habían muchas piedras se formaban olas, entre mi poca habilidad para nadar y el chaleco salvavidas que te hace más fuerza y no te podes mover libremente fue un desgaste grande, pero estuvo bueno, me sentía el naufrago. Llegamos, descansamos un poco nos sacamos las fotos pertinentes y vuelta atrás. La vuelta creí que iba a ser peor porque era contra la corriente pero mágicamente se calmó bastante y fue mucho más fácil. Allá seguimos viaje, ahora si se pusieron picadas las olas y el bote es una especie de montaña rusa de agua, todo divertido pero el chaleco no me lo saqué ni por las dudas jaja. Nos llevaron hasta una parte donde estaba re tranquila el agua y era el lugar de hacer snorkel, como el otro día ese era el momento del almuerzo. Nos tiramos, ahora me siento una gran nadadora y no pienso si me tiro o no. Los peces divinos de todos los tamaños y colores, los corales igual, hay de todo! Esta vez no vimos tortugas pero en otras bajadas se veían por allá abajo y otras nadando. Un hermoso espectáculo parecido pero no igual. Subimos a almorzar, la comida igual de rica que el otro día pero hoy además hicieron cerdo, unos genios! Lo que se le paso fue la manzana cortada y decorada en forma de pato pero se le perdona por el movimiento que hubo. Rumbo a la 3er parada, acá no hubo agua, es como una iglesia o algo del estilo en medio de la nada. Había como un muellecito que bajabas y caminabas un poco te encontrabas como con una iglesia o algo del estilo totalmente abandonado pero lindo, una construcción medianamente nueva pero venida abajo. Además subías por las piedras y se veía el agua bien celeste con las piedras alrededor divino. De ahí nos fuimos a la última parada, Secret Beach, acá si se complico nos dejó bastante lejos, hay mucha más corriente y para pasar a ese lugar había que nadar hasta las rocas y ahí pasar por entre un agujero con cuidado que la corriente no te pegue contra las piedras, esta demás aclarar que yo no lo hice jajaj. Sólo bajaron 4 y entre ellos obviamente Camilo. Las fotos que trajo estaban divinas! Me quede con pena pero realmente si me tiraba me iban a buscar a Tailandia. Bueno, después de todo el día termino el tour c, estuvimos pensando todo el día si hacíamos otro más al día siguiente pero terminamos agotados por lo cual la decisión fue de pasar el día en la playa Las Cabañas a descansar y prepararse para los días que se vienen que prometen ser agotadores.
7 may 2015
DIA 4 – PLAYA NAC PAN
A las 9 nos pasó a buscar la camioneta que contratamos para ir a la playa, de viaje eran más o menos 45 minutos. El camino era bien rústico, calle de tierra y campo para los 2 lados. Pasábamos cada tanto por parte de carretera con asfalto pero la mayor parte del camino era de tierra. Ver las casitas y los niños jugando al costado de la ruta era algo lindo de ver, no se porque, pero es algo que nos gustó. La carita que tienen esos niños es bien inocente, cero maldad…no se son diferentes. Bueno, llegamos a la playa y era igual de linda que Las Cabañas pero mucho más grande, más arena, más tranquila porque no había casi gente y el agua bastante más picada. Después de encontrar el lugar ideal, mitad sombra mitad sol y todas las cosas acomodadas, al agua!
A jugar con las olas. Como todo hasta ahora, hermoso! Paradisiaco! Luego de eso, tirarse un ratito a reposar con un jugo de ananá recién hechito, que más se puede pedir??
Llego el momento de almorzar y tuvimos que salir a buscar un parador, había uno cerca de donde estábamos pero seguramente demoraran muchísimo porque había mucha gente sentada. Empezamos a caminar por la playa y se veía lejos que habían muchas banderas, pensamos ahí seguro es un parador. Seguimos caminando y cuando estábamos llegando empezamos a reconocer algunas banderas de países y empezó la clásica “estará la de Uruguay? Sisi tiene que estar! Ahí está la de Argentina”, allá la última…la de Uruguay! Es increíble la sensación de felicidad que te viene después de ver algo tuyo, algo que reconoces…algo que hace tiempo no ves y cuando lo tenes todos los días no prestas atención. Esa misma sensación nos da cuando sentimos a alguien hablar español y se agranda cuando el español es más bien latino, uno empieza a apreciar mucho más sus cosas desde lo más grande hasta lo básico como el hablar con otro en tu idioma. En fin…todo eso genero ver la bandera jaja.
Comimos en ese parador en la playa, riquísima la comida…la única crítica (pero no es puntual de este lugar sino de todos los de por acá) es que la bebida no estaba fría, pero bueno pasa y estaba rica igual. Una vez terminado el almuerzo volvimos a donde estaban todos. Otra vez a acostarnos para hacer bien la digestión jaja. Una siestita reparadora y vuelta al agua por última vez porque ya nos estábamos por ir al hostel. Para matar el embole viendo que las palmeras tenían unas ranuras para subirse a sacar cocos, intenté subirme a una. Llegue a una altura considerable y me dio miedo caerme de cabeza.
Para culminar ese día tan agotador nos fuimos con Juan, Noe, Vale, Tepha y Javier a hacernos masajes. Impresionante las manos que tenían esas señoras, totalmente sedados salimos todos de ahí directo a comer en el restaurante de la playa prontos para después de eso irnos a dormir que al otro día teníamos contratado el tour c.
DIA 3 – TOUR A
Nos levantamos temprano para desayunar y salir con tiempo
hacia el lugar donde habíamos comprado el tour. Una vez allí nos hicieron
caminar por el costado por una especie de callecita donde cortabas camino para
ir a la playa para tomarse el bote, cuando vimos que había que meterse al agua
enseguida pensé “divino arrancar la mañana adentro del agua” pero por suerte
estaba más tibia que el día anterior y tranquila. Subimos todos, que eramos
nosotros 13, Tepha y Javi, 4 gurises más de otro grupo y 3 desconocidos que
resultaron ser 2 españoles y una señora neozelandesa. Rumbo a la primer parada,
una playa hermosa más solitaria…ahí la idea era hacer snorkel el que quería,
tomar sol o simplemente meterse al agua a disfrutar de ese paraíso. Pasado el
tiempo destinado a esa parada seguimos rumbo al segundo destino.
Ahí si, más
divertido…Small Lagoon! Habían 2 opciones, o snorkel o kayak. Nosotros
alquilamos un kayak…la verdad muy bueno!! Divertido porque estábamos varios
haciendo el recorrido y se improvisaban carreras cortas y te divertía ver como
les costaba a algunos subir al kayak después de un chapuzón en medio del mar.
Claramente Camilo se tiro, yo no…no quería ser una más del papelón de no poder
subir. El agua era increíblemente cristalina, era como estar en una piscina, se
veía el fondo clarito y se podían ver los peces pasar por ahí. Vuelta a subir
al bote…ahora a la Big Lagoon, ahí la única opción era snorkel o quedarse
arriba, lo que tenían pensado era bajar en la playa para comer pero habían
otros botes en la orilla por lo cual el almuerzo iba a ser arriba. Mientras
terminaban de aprontar la comida nos tiramos al agua a hacer snorkel. Se veían
unos peces divinos! Los corales por allá abajo y el agua fresca ideal para el
día de calor que era. Muy lindo!! Es increíble la vida submarina, los colores, las
formas…no se…divino!
Estuvimos un rato disfrutando de ese espectáculo y subimos
a comer. Había pescado, pollo, arroz, calamar…todo hecho arriba del bote por
los mismos que nos llevaban a hacer el tour, a eso hay que sumarle la fruta de
postre, todo decorado y preparado con mucha dedicación. Unos genios los tipos
esos! Todo estaba exquisito. Panza llena y seguir viaje. Última parada, Secret
Lagoon. Para mi hay un antes y un después de ese lugar, nos dejaban lejos y
había que tirarse del bote, nadar hasta una barrera de coral que podías pasar
caminando y ahí entrar a una cueva y entre las piedras una laguna “secret
lagoon”, hermosa! Yendo para el otro lado había una playita donde había un bote
que decía “El Nido” muy linda también. En principio al ver la dificultad y mi
poca fé con el agua no iba a ir, Camilo bajo enseguida…no se quería perder
semejante lugar jeje. Nos quedamos con Gaby y Vale pero ella ya estaba decidida
a no bajar, con Gaby estuvimos dándonos manija entre nosotras para ir…hasta que
apareció Koala y con un gran trabajo de motivación ahí salimos las 2 rumbo a
ese lugar. Sinceramente me hubiese arrepentido muchísimo no haber ido. Un miedo
superado! A todo esto…lo hice con chaleco salvavidas jajaj. Vuelta a bordo,
termino el tour. Después de ese día pasados por agua y sol, ducha, cena
temprano, arreglar para ir a la otra playa todo el día y no daba para hacer ni
una vuelta más. Se disfrutó mucho lo que hizo que esperáramos el tour c con
mucha expectativa.
DIA 2 – PLAYA LAS CABAÑAS
Comenzamos este día con un sol divino, una día
espectacular para ir a la playa. Tomamos unos tuc tuc y partimos a la playa Las
Cabañas u Orange Beach como también le dicen. Unos 15 minutos de viaje en una
moto con un agregado de chapa con asiento (eso es un tuc tuc), en las subidas
parecía que se iba quedando pero no, llegamos.
Al bajarnos había que caminar
por un sendero de tierra rodeados de árboles y arbustos hasta la playa. Llegar
y ver esa playa fue quedarse sin palabras, realmente un paraíso. El color del
agua es hermoso con contrastes por las piedras y la diferencia de profundidad a
la distancia, además bien calma, la arena blanca con unas palmeras y parador,
reposeras con mesas que te podías poner al sol o a la sombra, hacías el pedido
en el parador y te lo llevaban para ahí, unos reyes, justo lo que estábamos
necesitando a esta altura del viaje, descansar y estar tirados sin nada que
hacer ni pensar.
Todo el día en la playa, nos quedamos hasta el atardecer, que
fue creo el mejor que vimos desde que empezamos el viaje. Ver el sol ponerse
entre los cerros y el brillo del agua dio mucha tranquilidad. Al volver al
hostel había que ir al centro a contratar los tour para hacer y ya que
estábamos comprar las cosas para el cumple sorpresa de Vale que era al otro
día. Una vez conseguido todo, salir a cenar. Un restaurante con música en vivo
en la playa con velas en las mesas, seguía sumando paz.
En un momento la gente
de la mesa de atrás empezaron a hablar con nosotros y resultó ser que era
polacos y les colgó la idea del viaje, estaban un tanto colocados porque se
habían tomado una botella de gin y eran no más de 7 personas. Nos preguntaron
si nos gustaba el gin y como dijimos que si allá fue a averiguar si tenían, ahí
dijimos todos “tenemos que pedir la cuenta e irnos no sea cosa que nos carguen
una botella!!” lo cual fuimos muy mal pensados porque volvió con una botella de
tequila y vasos para todos. Ahí empezó la locura con los polacos, 3 tequilas y
terminamos haciendo trencito en la playa el cual lo encabezaba una señora
adulta mayor y terminaba con 2 niñas…muy fuerte!! Todo eso nos ayudo a aguantar
a las 12 para el cumple de Vale. Llegamos al hostel corriendo y pensando que
podíamos hacer para que no se diera cuenta y aprontar todo lo preparado
(muffins que decían FELIZ CUMPLE, globos y alguna cosa más), todo salió
bárbaro. De ahí salir a bailar con los globos para seguir festejando, lo cual
no fue buena idea porque al entrar la gente se descontrolo y empezaron a pichar
todos los globos como locos, de los 24 se salvó 1. Huimos a otro baile (al
lado), donde sin saber había un escudo que decía “CONSULADO DE URUGUAY”,
increíble, se lo habían regalado a uno de los dueños del baile (como lo obtuvo
el que lo regalo, nadie lo sabe). En el baile no había nadie pero en las mesas
afuera si, pedimos si nos ponía el pendrive y al ritmo de “El Gucci” empezó la
noche. La verdad muy divertido, eramos solo nosotros y 2 “oriundos” que se
coparon y bailaban con nosotros. La gente muy buena onda, el dj bailando con
nosotros y cada tanto se acordaba que tenía que poner él la música volvía a su
lugar. Termino la noche (2am, se sale muy temprano) y a dormir que al otro día
ya teníamos reservado el tour A.
DIA 1- PUERTO PRINCESA
Después de un viaje bastante agotador de toda la noche
y una escala en Manila de 3hs llegamos a Puerto Princesa. El aeropuerto era una
terminal de 3 cruces a la cual llegan aviones, no existe control de equipaje ni
nada por el estilo, te bajas del avión en la propia pista cruzas una puerta
cruzas un hall y ahí está la cinta transportadora de valijas (lo más moderna
para lo que es el aeropuerto) y cruzas la puerta…vereda. Ta se termino el
aeropuerto. Luego de sacar plata (es conveniente hacerlo en Manila ya que hay
un solo cajero en el aeropuerto) fuimos a buscar el taxi o algo del estilo para
ir al hostel. Ya que estábamos tramitamos también la ida a El Nido, ida al
hostel + ida y vuelta a El Nido = usd 20 una ganga. Esperando que la camioneta
llegara vimos que los autos volvían a manejar por la derecha! Bienvenidos al
tránsito normal! Llega la camioneta, momento de cargar las valijas, es una
situación de stress en todas partes a las que hemos ido, somos muchos y todos
con valijas o mochilas grandes. Las que no entraban las coloco en el techo (sin
vaca) y a la pregunta “como las va a sujetar?” un tipo se sienta encima y dijo
“Go!”. En fin, en el camino eran todas calles de tierra y angostas, todos
mirábamos para afuera pensando y diciendo “por acá no camino ni media cuadra”.
Para rematar el pensamiento se siente un fuerte golpe en el techo, se baja el
conductor, mira y ahí es cuando se entera que su compañero iba arriba del techo
con más valijas, “Jajaj my friend is in the roof” seguimos viaje al hostel. Al
llegar, era como un oasis en el desierto! No pegaba ni ahí con los alrededores,
era bien prolijo, pintadito y con baldosas en la entrada. Esa noche era la
única que pasaríamos en Puerto Princesa porque el propósito de estar ahí era
hacer el paseo del Río Subterráneo y dormir después de tanto viaje. Dormimos
todos los 12 juntos en una habitación, una especie de gran hermano por una
noche en Filipinas. Una experiencia divertida pero un tanto de tensión por
momentos. Desayunamos a las 6 am y las 6:30 nos pasaron a buscar para ir al
Río. La guía una genia, nos fue explicando todo de Filipinas y cosas del Río
Subterráneo. Hicimos una parada antes para sacar alguna foto y comprar alguna
cosa antes de llegar. Una vez ahí la guía se encargó de sacar número para ir
hasta la entrada de la cueva, nos tocó el turno y en 2 botes salimos. La vista
es espectacular, el color del agua, las piedras de la cueva, el verde de los
árboles, todo es muy lindo. Nos bajamos y ahí a caminar un poquito para llegar
a la entrada. Los botes eran de a 10 y nosotros al ser 12 habían 2 que tenían
ir con desconocidos, allá fuimos con un bote lleno de chinos, japoneses o
coreanos…estuvo bueno no entendíamos nada y ellos a nosotros tampoco lo cual lo
hizo bastante más divertido. Al principio medios quemados porque nos
preguntaron donde nos queríamos sentar y nos pusimos al frente hasta que
vinieron 2 chinas o no se que y nos sacaron, no entendíamos nada el porque
hasta que al entrar vimos que la persona que manejaba el bote iba indicando a
donde iluminar en inglés y las personas de adelante eran las encargadas de eso,
el tema es que nadie nos pregunto si sabíamos inglés y nos sacaron igual para
el fondo. Igualmente estuvo bueno. Adentro de la cueva el agua obviamente está
helada, se sentía el ruido de los murciélagos por todos lados y las piedras y
el óxido crearon unas imágenes que es lo que vas viendo a medida que avanzas.
Recomendable para nosotros el paseo por el Río Subterráneo.
Al terminar todo
nos fuimos a almorzar, un buffet riquísimo. Había de todo y de sabor estaba
delicioso. Regresando a Puerto Princesa hicimos una parada en un lugar donde te
tirabas de tirolesa, ahí comprobé que tengo fobia a las alturas. Subimos nosotros
2 con Clau y Nani pasando por unas cuevas geniales que era el recorrido hasta
la cima para tirarse. Todo muy lindo hasta llegar arriba, se tiro Clau primera,
luego vino Nani y cuando llegue yo empecé a sentirme mal y entré en
pánico…conclusión me baje y se tiró Camilo. Ahí volví a hacer el camino para
bajar (que fue bastante más complicado que la subida), las piernas me temblaban
todavía, lo intenté…se ve que el tema de la altura es algo a tratar con
psicólogo jajaja. Después de todo, vovler a Puerto Princesa para ir a El Nido.
Un viaje cansador, 6hs en una camioneta no hecha para un viaje tan largo.
El
camino empezó bien hasta que se hizo de noche y veías como la gente se tiraba a
cruzar sin una luz ni nada, el chofer tenía una vista increíble porque verdaderamente
no se veía nada. Jugamos a pila de cosas para hacer el viaje más divertido,
cantamos y hablamos de cualquier cosa pero llego un momento que el cansancio y
la incomodidad empezó a hacer cambiar el humor y el silencio se hizo general. Llegamos
a El Nido ya tarde, el hostel ya de arranque buenísimo, la gente de ahí
también. Una vez estiradas las piernas comenzó la odisea de buscar algo para
comer a las 12 de la noche, encontramos unas pizzas riquísimas y enormes. Panza
llena, bañados…a dormir!
DÍA 2 – Central Market, Barrio Chino y Templos
Nos fuimos temprano hacía Central Market, con un calor
que a esa hora ya se hacía sentir. Llegamos y recorrimos el lugar, que vendría
a ser como una especie de mercado de los artesanos con una linda plaza de
comida. Dimos unas vueltas y salimos hacia el Barrio Chino que quedaba cerca,
pensando que podía llegar a haber lindas cosas para ver y comprar. La verdad
que no había nada, era una mezcla de 8 de octubre chino y feria de tristán
narvaja. Volvimos al Central a la plaza de comida que nos había gustado y
almorzamos ahí. Seguimos hacia una mezquita que nos costo llegar porque estaban
arreglando todas las calles. Las mujeres tenían que entrar con las rodillas y
el pelo tapados, por lo que tuvieron que ponerse como una túnica roja parecidas
a las del Ku Kux Klan. Entre el calor y que no estaba muy bueno, nos fuimos
enseguida.
Seguimos hacia la plaza mayor que tiene una mezquita enfrente, y es
todo un pasto gigante con un monumento que tiene la bandera de Malasia. De ahí
seguimos, con mucho más calor, a la mezquita azul. Eramos buscadores de agua
fría a cada momento porque estábamos deshidratados del calor. Tarea difícil
encontrar agua fría en estos países. Volvimos al hostel con la idea de ir a la
torre de Malasia parecida a la de Auckland, pero el cansancio nos gano y no
fuimos. Nos quedamos descansando porque esa noche nos íbamos para Filipinas.
Cuando se acerco la hora de irse, y estábamos esperando los taxis, aparece un
tipo Chino a los gritos dentro del hostel queriendo organizar las valijas.
Nadie entendía nada que quería ni quien era. Resulto ser uno de los taxistas
que nos iba a llevar. Después de “organizar” el equipaje salimos rumbo al
aeropuerto con nuestro chofer estrella. Se reía todo el tiempo y parecía un
poco loco, pero era muy divertido. En su camisa tenía escrito C.K.Chong y al
preguntarle el nombre nos dijo CALVIN KLEIN CHONG matándose de risa. Nos empezó
a preguntar de donde veníamos y a donde íbamos, y se reía y no podía creer todo
lo que íbamos a hacer. Nos ofreció papitas que comía de la guantera del auto,
mientras ponía música y bailaba con una coreografía. Un personaje inolvidable.
Llegamos al aeropuerto sanos y salvos y nos regalo agua, a temperatura ambiente
de valija de auto de malasia. Nos sacamos fotos con el obviamente y nos
despidió muy contento.
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