Arrancamos temprano en tren para ir a una isla artificial
llamada Sentosa, es una especie de parque de diversiones, shopping, playa, zoo,
todo junto. La entrada era gratis y después podías pagar aparte las
atracciones. Nos separamos y acordamos juntarnos a las 16hs para volver. Con
Ceci salimos a caminar, y la verdad que caminamos. Teníamos un mapa de la isla
y la recorrimos toda!! Por momentos íbamos sin hablar del calor y cansancio que
teníamos. Pasamos por un Universal Studios pero no entramos, no nos parecía
gran cosa estar todo el día ahí. Seguimos y subimos unas escaleras donde al
final había un león igual al que hay en la bahía, ya que es símbolo de
Singapur. Pasamos por un lugar donde estaban las letras de SENTOSA y del piso
salían mini chorritos de agua para refrescarse, era necesario. Seguimos y
bajamos por el lado de atrás del tigre, y llegamos a una plaza de comidas, que
arriba tenía una atracción donde te metías en un túnel de viento y podías
volar. Lo íbamos a hacer pero era bastante caro y perdíamos mucho tiempo.
Seguimos caminando y nos encontramos con una playa media artificial. Es como que
agarraron una bahía fea donde solo se ven barcos de carga, y le pusieron arena
y arbolitos y quedo bastante bien. Muchos locales van de picnic a ese lugar y
se bañan como si fuera la mejor playa del mundo. Había también un puente de
madera para cruzar a una islita bastante artificial también, que tenía una
construcción de madera de donde se tenía una linda vista. Después nos dijeron
que esa isla era el punto más al sur de Singapur. Luego volvimos caminando por
otro lado y nos perdimos un poco, queríamos recorrer otros lugares.
Llegamos al
lugar convenido y al llegar todos partimos de vuelta para poder ir a la Bahía
donde está el hotel Marina Bay Sands, un edificio que consta de tres torres y
una especie de barco arriba de ellas uniendo las 3 torres. Llegamos en tren que
es como un metro, así que al salir a tierra vimos ese espectacular edificio.
Nosotros lo vimos construir a través de Discovery Channel, así que estar ahí
era algo tremendo. Decidimos averiguar para subir a lo más alto, entrando a la
primer torre. Todo era lujo y gente muy bien vestida, todo lo contrario a
nosotros que estábamos de chancletas y un poco sucios. Compramos los tickets y
en poco rato estábamos en el ascensor hacia la cima. Al salir una vista
espectacular, de toda la bahía, de los edificios, del los jardines que están en
frente, de la flor de loto que es un edificio frente a la bahía, de la rueda
gigante (noria), espectacular. Caminas por un deck que llega hasta la punta y
cada vez podes ver más y más cosas. Nos habíamos prometido tomar una cerveza
ahí arriba hace muchos años, así que fuimos y pagamos 14 dólares por una botellita
chica de Heineken y la compartimos, promesa cumplida!! Se puede apreciar la
“infinity pool” una piscina que parece que el agua se mezcla con el cielo.
Obvio que no pudimos acceder a esa parte porque es solo para huéspedes del
hotel. Se hacía de noche y la vista era cada vez más espectacular. Vimos un
show de luces y musical, que era hecho con los miradores que parecen árboles de
los jardines de la bahía. Son como 14 y se iluminan todos.
Al rato de disfrutar
todo eso, bajamos para ir a la bahía a observar el show tan famoso de aguas y
luces que se proyectan en la misma agua. La verdad que está muy bueno, el
sonido, el agua, las proyecciones, un espectáculo envidiable, y se repite todos
los días dos veces. Un lugar del cual teníamos muchas expectativas y que nos
encantó.
Nos
fuimos al hostel, a comer unos fideos que te venden preparados en los
supermercados, le agregas agua caliente y los gustos y listo. Nos quedamos
lavando ropa hasta tarde y comiendo fideos en el pasillo del hostel.