18 abr 2015

DIA 1 – PARQUE SENTOSA Y BAHIA


Arrancamos temprano en tren para ir a una isla artificial llamada Sentosa, es una especie de parque de diversiones, shopping, playa, zoo, todo junto. La entrada era gratis y después podías pagar aparte las atracciones. Nos separamos y acordamos juntarnos a las 16hs para volver. Con Ceci salimos a caminar, y la verdad que caminamos. Teníamos un mapa de la isla y la recorrimos toda!! Por momentos íbamos sin hablar del calor y cansancio que teníamos. Pasamos por un Universal Studios pero no entramos, no nos parecía gran cosa estar todo el día ahí. Seguimos y subimos unas escaleras donde al final había un león igual al que hay en la bahía, ya que es símbolo de Singapur. Pasamos por un lugar donde estaban las letras de SENTOSA y del piso salían mini chorritos de agua para refrescarse, era necesario. Seguimos y bajamos por el lado de atrás del tigre, y llegamos a una plaza de comidas, que arriba tenía una atracción donde te metías en un túnel de viento y podías volar. Lo íbamos a hacer pero era bastante caro y perdíamos mucho tiempo. Seguimos caminando y nos encontramos con una playa media artificial. Es como que agarraron una bahía fea donde solo se ven barcos de carga, y le pusieron arena y arbolitos y quedo bastante bien. Muchos locales van de picnic a ese lugar y se bañan como si fuera la mejor playa del mundo. Había también un puente de madera para cruzar a una islita bastante artificial también, que tenía una construcción de madera de donde se tenía una linda vista. Después nos dijeron que esa isla era el punto más al sur de Singapur. Luego volvimos caminando por otro lado y nos perdimos un poco, queríamos recorrer otros lugares. 




Llegamos al lugar convenido y al llegar todos partimos de vuelta para poder ir a la Bahía donde está el hotel Marina Bay Sands, un edificio que consta de tres torres y una especie de barco arriba de ellas uniendo las 3 torres. Llegamos en tren que es como un metro, así que al salir a tierra vimos ese espectacular edificio. Nosotros lo vimos construir a través de Discovery Channel, así que estar ahí era algo tremendo. Decidimos averiguar para subir a lo más alto, entrando a la primer torre. Todo era lujo y gente muy bien vestida, todo lo contrario a nosotros que estábamos de chancletas y un poco sucios. Compramos los tickets y en poco rato estábamos en el ascensor hacia la cima. Al salir una vista espectacular, de toda la bahía, de los edificios, del los jardines que están en frente, de la flor de loto que es un edificio frente a la bahía, de la rueda gigante (noria), espectacular. Caminas por un deck que llega hasta la punta y cada vez podes ver más y más cosas. Nos habíamos prometido tomar una cerveza ahí arriba hace muchos años, así que fuimos y pagamos 14 dólares por una botellita chica de Heineken y la compartimos, promesa cumplida!! Se puede apreciar la “infinity pool” una piscina que parece que el agua se mezcla con el cielo. Obvio que no pudimos acceder a esa parte porque es solo para huéspedes del hotel. Se hacía de noche y la vista era cada vez más espectacular. Vimos un show de luces y musical, que era hecho con los miradores que parecen árboles de los jardines de la bahía. Son como 14 y se iluminan todos. 










Al rato de disfrutar todo eso, bajamos para ir a la bahía a observar el show tan famoso de aguas y luces que se proyectan en la misma agua. La verdad que está muy bueno, el sonido, el agua, las proyecciones, un espectáculo envidiable, y se repite todos los días dos veces. Un lugar del cual teníamos muchas expectativas y que nos encantó.
Nos fuimos al hostel, a comer unos fideos que te venden preparados en los supermercados, le agregas agua caliente y los gustos y listo. Nos quedamos lavando ropa hasta tarde y comiendo fideos en el pasillo del hostel.

DIA 8 – SALIDA DE GILI LLEGADA A SINGAPUR


Hoy nos vamos a Singapur así que arrancamos la jornada temprano dejando la habitación, la verdad un poco placentero la idea de irse de ahí ya que el hospedaje no ayudo para nada a que pasaramos 10 puntos pero por otro lado es dejar la playa y el relax…pero hay que seguir. Después de salir del hostel nos fuimos a donde se esperaba el ferry para volver a Bali y de ahí al aeropuerto para volar a Singapur. Esperando aprovechamos a tomar un heladito en Gili Gelato, riquísimos y ayuda a aguantar la espera. Como siempre, fuimos los primeros en llegar y los últimos en subir al ferry, lo que comprueba que es mentira que el que ríe último ríe mejor…porque el ferry que perdimos tenía aire acondicionado y era más grande. Peleamos con el indonesio que te “ayudaba” a subir las valijas porque solo agarraba las valijas de las rubias europeas así que se torno una guerra Europa-Sudamerica que obviamente perdimos por goleada. Una vez dentro prontos para salir, por lo menos no hace tanto calor como a la venida a Gili. Llegados a Bali efectivamente estaba el transporte contratado para llevarnos al aeropuerto, cero drama, llegamos, almorzamos/merendamos y volar a Singapur!
El vuelo espectacular pero dada la hora de llegada nos dijeron que metro no había más a esa hora (lo cual al otro día comprobamos que era mentira), nos tomamos taxi. Los tacheros nos putearon por las valijas pero una vez dentro partimos hacía el hostel. Parecía que era un hostel fantasma y que la calle no existía porque ningún taxi sabía donde quedaba y nos miraban con cara de “y eso es acá??” pero después de tantas vueltas y perdidas…llegamos!! El hostel la verdad un lujo, habitaciones chicas es el único reclamo (si es que es necesario hacer), a dormir que empieza una maratón contra el tiempo.

DIA 7 – PLAYA


Hoy es el día relax de playa, recuperación del día anterior y descansar para lo que se viene que es intenso. Hoy llegaron botes y botes llenos de musulmanes, pensamos que tenía que ver algo con que era viernes santo pero después nos dijeron que todos los viernes es así, hoy el rezo es más largo que lo habitual. Volviendo al tema de la playa como hay que cuidarse del sol porque ya venimos quemados y todavía falta, tranqui en reposeras a la sombra, esto es vida! Para mejorar el momento, apareció una señora vendiendo frutas, unas ananas riquísimas prontas tipo palito helado. Con eso tiramos hasta el almuerzo que como es viernes santo hay que buscar algo sin carne (por lo menos para mi, a camilo le da lo mismo). Después de almorzar, otra vez a tirarse a la sombrita que esta ideal para seguir así. Decidimos ir cuando baje el sol a dar vuelta la isla que se ve un atardecer divino (eso dicen), la idea de hacerla en bici era como muy pintoresco y divertido pero andar en bici en Gili es un deporte extremo, entre la gente que se te cruza y los carros a caballo que andan por todos lados es bastante complicado andar. 







Hacerla caminando también tuvo su encanto, es un mundo totalmente diferente de un lado y otro de la isla. De un lado es todo joda, gente por todos lados y demasiado desorden (el lado donde estamos nosotros) y el otro es calma, más bien familiar…pero no todo es lindo, la playa es mejor donde estamos nosotros. Caminando llegamos a una playa donde había un parador y había música en vivo que estaba buena y la vista espectacular acompañando todo el ambiente calmo que había. Seguimos y llegamos a dar la vuelta completa, muertos de calor, a aprontar la valija que mañana nos vamos a Singapur. Última cena, una pizza muy rica para nada picante lo cual es un placer comer sin miedo. 

DÍA 6 – Snorkel


Fuimos temprano al barco y nos dieron los snorkel, las patas de rana y los chelecos. Subimos al barco, que era bastante chico pero entrábamos los 17, y se movía bastante estando quieto. 




Partimos hacia el primer lugar y al llegar, al agua. Pudimos ver montones de peces de colores nadando entre nosotros. Los seguíamos para sacarnos fotos, dejando que nos llevara la corriente. Era el primer punto de sumergida y ya era así, imagínense el resto. Nos subimos y partimos al segundo punto. Ya había algunos compañeros que se sentían mareados por el movimiento del agua. Yo hasta ese momento venía bien. Volvimos al punto de partida y dejamos a 3 que se sentían muy mal. 




Seguimos al segundo punto donde supuestamente íbamos a ver tortugas. Al llegar yo me sentía bastante mal, al estar quieto el barco se siente el movimiento del agua hacia arriba y abajo y se te revuelve todo. No vimos muchos peces, era mas profundo, pero si vimos una tortuga nadando por el fondo. 




De acá nos íbamos a la última de las 3 islas a almorzar. Yo no comí nada, había largado todo lo que tenía, así que me quede tirado intentando mejorarme. Ceci no estaba tan mal pero tampoco comió. Así que tuvimos una hora tirados a la orilla de la isla tomando aire, recuperándonos, y observando hermosa vista. 




Fuimos al tercer punto, donde era una barrera de coral, estaba muy buena. Muchos más peces que en los anteriores, gente buceando debajo nuestro, corales llenos de peces, de todos los colores y tamaños. Yo no me sentía muy bien, pero igual aproveche unos minutos para ver ese espectáculo increíble. 






Nos fuimos de regreso y yo estaba cada vez peor. Al llegar, otra vez largue todo, y ya un poco mejor, me fui a dormir una tremenda siesta.

DÍA 5 – Playa


No hicimos mucha cosa más que playa, aprovechando el agua y el intenso calor que hace a toda hora. Alquilamos un paseo para el día siguiente para hacer snorkel. Nos iban a llevar en un barco a 3 lugares para sumergirse y también a comer a una isla de enfrente. No les dije pero son 3 islas, Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air, que quedan muy cerca una de la otra. Obvio que el precio se regateo como todo en este país, y por 80.000 rupias, unos 6 dólares, teníamos todo ese pase que duraba unas 5 horas, y con comida incluída.


Algunas fotitos de la isla





DÍA 4 – Llegada a Gili


Nos pasaron a buscar por el hostel y nos llevaron al puerto de donde salía el ferry a Gili. Tuvimos 1 hora de viaje con bastante calor para llegar al puerto. El ferry, también un caos, gente por todos lados y nada muy organizado, ya nos estamos acostumbrando. Al llegar una isla hermosa con agua cristalina nos recibió. Nuestro hostel quedaba cerquita de donde bajamos, así que enseguida llegamos y dejamos todo para irnos al agua, ya que estábamos muertos de calor. Agua tibia y transparente, con peces por todos lados, muy lindo la verdad.




En la habitación éramos 5 nosotros y una alemana y una austríaca. En principio parecía todo bien. Con el correr de los días la cosa se complico, se fue la alemana y vino un alemán. Ahora teníamos a 2 desconocidos que eran bastante bien de día, pero de noche no dejaban dormir, llegaban a cualquier hora, hacían ruidos, dejaban todo tirado. Es lo que tiene esto de las habitaciones compartidas.
Contando un poco como es la isla, no tiene muchas edificaciones y todo está hecho para los que vienen a hacer turismo. Lugares para comer, para alquilar barcos, para hacer snorkel, todo sobre la única calle sobre la costa. Después tiene callecitas para el interior que hay casas, sumamente precarias. La isla es redonda y por la calle de la costa se puede dar toda la vuelta a la isla. Todo es muy barato y todo se regatea, se come por poca plata en bares pegados a la orilla del agua.


DÍA 3 – Paseo por Bali


Nos pasaron a buscar temprano y partimos en las 3 camionetas. Primero fuimos a ver una danza típica del lugar, donde la historia cuenta que se enfrentan el bien y el mal. A través de diferentes escenas se representa la lucha entre ambos, y es algo muy tomado en cuenta por la religión de acá, que es el hinduismo. 



El conductor nuestro arranco bien, se reía y todo, pero después se fue complicando la cosa. Tuvo una discusión con el conductor del otro auto, que era el jefe y cambió su actitud. Además, también ayudo que Juan le comento así como por decir algo que no le había gustado tanto la danza. A partir de ahí, la relación cambio.
Después seguimos hacia el norte, con la intención de conocer las terrazas de arroz, un templo budista, otro templo que está lleno de monos, y un volcán. Por estos lados la corrupción es tremenda y está como aceptada por todos. Cada tanto había policías parando a cualquier auto y pidiéndole una especia de peaje para que lo dejaran seguir. Para ellos, es algo sumamente normal y totalmente aceptado.  Fuimos a un bar a almorzar, que estaba muy buena la vista, era bien enfrente al volcán. Era un espeto corrido así que después de negociar el precio, nos sentamos a comer. Bastante picante todo, pero muy rico.



Seguimos camino a los arrozales, y acá se termino de romper la relación entre nuestro chofer y nosotros. Al llegar nuevamente un “peaje humano”, si querés parar y sacar fotos paga tanto. Nuestro conductor nos dijo que pagáramos, a lo que no accedimos, ya que otros autos no pagaban, ni siquiera nuestros compañeros. Se enojo un poco, y después de putearlo en un perfecto español, que no entendió las palabras pero si los gestos, arrancó enojado y bien rápido cosa de que no pudiéramos sacar fotos. Después nos enteramos que los demás gurises pararon y se bajaron y sacaron las fotos que quisieron. Así que bueno, no sabemos que tan buenos estan los arrozales, los veremos en Vietnam. Seguimos rumbo un templo sin pasar por el de los monos, que a esa hora ya estaba cerrado. Llegamos y estaba bueno, te ponían una especie de pollera para cubrirte las rodillas y recién ahí podíamos entrar. Estuvo bueno ya que no había nadie y pudimos hacer una sesión de fotos, con la complicidad del otro conductor que se prendió en todo con nosotros. 





Al salir solo dejabas unas monedas a voluntad, así que por ahora fue lo mejor y lo que menos plata nos salió. Seguimos manejando hacia el sur con destino al hostel, y luego de unas horas, nos dicen de la otra camioneta que habían arreglado con el chofer para pasar por una playa que estaba buena y ver el atardecer, antes de ir al hostel. A nuestro chofer no le gusto nada, pero nos llevo igual. Al llegar nos metieron en un bar que tenía salida a la playa como para que nos quedáramos a tomar algo ahí. Obvio que seguimos de largo y bajamos a la playa sin comprar nada, no era lo que habíamos arreglado. Nos siguieron todos los empleados del lugar, pero no le dimos bola. Caminamos por la playa ya de noche y luego sí nos llevaron para el hostel. La verdad que fue un día largo y bastante intenso, conocimos gran parte de la isla, y también conocimos un poco de toda la cultura balinesa con todo lo que nos pasó. En resumen, un país que tiene muchas cosas hermosas y que vive de la coima y la joda. No nos arrepentimos porque fue una experiencia que solo se puede conocer si se vive de esa manera. Mañana nos vamos a Gili Trawangan, una isla que promete lindas playas.

14 abr 2015

DÍA 2 – Caminata y playa de Kuta


Nos levantamos a desayunar ya con un calor tremendo. Si no estás en la piscina o bañándote, se hace sentir el calor. Salimos todos a caminar por la calle más principal de por ahí cerca. Era una especie de Chuy, pero con gente ofreciéndote cosas cada 2 metros. Te ofrecen de todo, taxi, agua, cerveza, comida, souvenirs, tours por la isla, etc. Llega a ser bastante incómodo por momentos, pero bueno, es su trabajo y uno al final se acostumbra. Además hay que entender  que para ellos nosotros somos ricos. El nivel de vida acá es muy bajo y nos ven como cajeros automáticos andando. Para que se hagan una idea, 13.000 rupias es 1 dólar.  En cada lugar ofrendas en el piso que las tenés que ir esquivando. Es un panorama bastante pintoresco y raro a la vez.



De tarde fuimos a la playa de Kuta, una playa linda ya que el agua es transparente, pero la arena no es muy linda. Ni bien pisamos la arena otra vez avalancha de vendedores. Después de pensarlo un rato, alquilamos con Juan y Koala, 3 tablas de surf. Nunca había hecho surf, así que tener la primera chance en Balí no estaba nada mal. No es tan fácil como uno se piensa, hay que remar bastante con los brazos para poder agarrar una ola. Luego de varios intentos fallidos logre pararme en algunas olas chicas, así que misión cumplida, hice surf en Bali.
Nos volvimos al hostel, y en el camino conseguimos un paseo para hacer al otro día, donde íriamos a recorrer toda la isla de Bali. Es bastante grande, así que nos esperaban muchos kilómetros en un día. Ibamos a ir en 3 camionetas, ya que éramos 17 personas.

5 abr 2015

DÍA 1 – Contraste absoluto

Llegamos a Indonesia a las 21hs hora local. En aduanas se ve que me vieron cara de traficante, al pasar mi mochila por el scanner enseguida agarro el Handy y llamo a un tipo. Agarre mi mochila y tenía a un tipo pidiéndome en un inglés muy parecido al que puedo hablar yo, que quería revisar mis cosas. Accedí sin ningún drama, aunque es medio embole que te saquen y desordenen todo. Abri todo y lo que buscaba era la yerba obviamente, además del mate, el termo y el sun, donde le tuve que explicar que era eso. Siempre que le decía Uruguay y Luis Suarez ya saben de donde venís, así que la piloteamos con eso, y después de olfatear la yerba y ver que no era otra cosa, me dejo pasar sin problema.
Salimos de todo eso y al pasar una puerta un calor tremendo nos dio la bienvenida. Era todo cerrado pero abierto, así que no había aire acondicionado. Y ya de arranque empezamos a vivir en carne propia el acoso de los indonesios para llevarte en taxi. Preguntamos a un policía y nos dijo que con ellos no hagamos nada, así que nos fuimos en 5 taxis locales ya que éramos 17 personas. Ya al salir del aeropuerto en la primera cuadra vimos que había quedado atrás el orden y la limpieza de los países de donde veníamos. Todo era un caos, gente por todos lados, los autos y motos no tienen orden, van por donde quieren tocando su bocina y se largan nomás. Gente revolviendo la basura , casas de familia que adelante tienen una especie de templos y todo abierto hacia la calle. Oscuridad en casi todos lados, y el taxi se metía en callecitas donde solo cabía un auto, e íbamos con mil motos alrededor. Estábamos en el 5º mundo como le denominamos después. Al llegar al hostel, ya perdimos una con los indonesios, el vuelto nunca vino así que se quedo con 5000 rupias de más el tipo, era la bienvenida.
Frente al hostel había un 24hs así que compramos unas cervezas y unas papitas, y al costado de la piscina ese fue nuestra cena. Todavía no nos animamos a probar comida local. A dormir ya que estábamos cansados y queríamos aprovechar el día siguiente. La habitación era doble y con aire acondicionado, así que fue un alivio entrar y pasar de 35 grados a 17,en un segundo.

DÍA 3 – Caminata por el parque


Era la última mañana antes de irnos a Indonesia. Preparamos el mate y volvimos a salir a caminar. Esta vez un grupo más chico, ya que algunos salieron más temprano a caminar por otros lados. Fuimos a unos parques y recorrimos bastante una zona muy linda y verde. Sin querer nos encontramos con la galería de arte de Sydney. Entramos sin preguntar mucho si cobraban, pero se ve que no. Observamos un poco las pinturas haciéndonos los que sabíamos, entre gente muy bien vestida. Terminamos nuevamente en el Opera House, y pegamos la vuelta pasando por un super para preparar algo para comer antes de irnos al aeropuerto.
Llego el transporte que conseguimos para ir al aeropuerto y salimos del hostel despidiéndonos de Sydney. Una hermosa ciudad, que tiene un nivel de vida muy alto. Nos encantaron los lugares, pero no es nuestra onda. Somos más parecidos a los neozelandeses y no a los australianos.
En el aeropuerto, larga cola para despachar las valijas, y después esperar el vuelo. 

DÍA 2 – Reserva zoológica y acuario


Averiguamos bien como comprar 2 paseos que queríamos hacer, ir a una reserva de koalas y kanguros, y también visitar el acuario de Sydney. Si comprábamos las entradas por internet eran más baratas, así que fue lo que hicimos. Salimos rumbo a la estación de tren Tawn Hall que quedaba a 2 cuadras. El tren espectacular, 2 pisos sumamente moderno y rápido. Demoramos como 40 minutos en llegar a una terminal que se llama Black Town. De ahí debíamos tomarnos un bus interno para llegar a la reserva. La reserva está muy buena y muy bien mantenida. Los animales andan casi todos sueltos y te pasan por al lado. Los koalas están en una especie de establo de caballos, donde están los bamboo y ahí se cuelgan. Nos sacamos foto con uno que trajeron para que posara con nosotros. Los kanguros andan sueltos los chicos y los más grandes están en un lugar más apartado. Estuvo muy buena esa visita ya que podes tener más contacto con los animales comparado con un zoológico normal.





Volvimos al hostel a almorzar y de tarde teníamos la entrada para el acuario. Al principio parecía no muy prometedor, peceras con pescaditos chicos, estrellas de mar, alguna tortuguita. Pero a medida que íbamos avanzando se ponía cada vez mejor la cosa. Empezaron a aparecer peceras gigantes, con peces cada vez más coloridos y grandes. En cada lugar sacábamos mil fotos, porque todo nos gustaba, y siempre aparecía uno nuevo con más color que el anterior. 




La frutilla de la torta era una especia de túneles que hay donde uno va caminando y te pasan por arriba todas las especies que te imagines. Los tiburones están encima tuyo, le podes ver los dientes bien de cerca, es algo increíble. Era como estar en una jaula de esas que ves en discovery, pero sin estar mojados y sacando miles de fotos a todo lo que se movía. A todos nos encanto ese lugar, y fue una de las mejores cosas que hemos hecho. En las fotos van a poder apreciar lo que les estoy contando.





Luego salimos a caminar ya cayendo la noche, por un puente peatonal que hay sobre la bahía. Caminamos y llegamos a una zona de bolichitos donde pretendimos tomar una cerveza. El lugar era espectacular y con tremenda vista, obvio que el precio de la cerveza no era para nosotros, así que nos quedamos con las ganas de una cerveza. Volvimos al hostel a cenar algo y a dormir.

DÍA 1 - Opera House

Llegamos al aeropuerto y fuimos a averiguar cual era la mejor manera de ir hasta el hostel. Como solo éramos 3 no podíamos  conseguir un precio razonable por un taxi. Decidimos irnos en tren que habíamos averiguado y nos dejaba a 3 cuadras del hostel. El tren tremendo, vagones de 2 pisos y muy modernos. Llegamos en 10 minutos y salimos perfecto en la esquina que queríamos. Imposible perderte, te va indicando todo y con un mapita en mano tas hecho. Caminamos las 3 cuadras hacia el hostel y al llegar la peor noticia para esa hora y ese cansancio, ascensor roto!! A subir 2 pisos por escalera hasta la recepción y después 2 pisos más hasta la habitación. Por lo demás, está muy bueno el hostel, tiene lindas camas, lindos baños y duchas, y una recepción con unos sofás tremendos y hay wifi gratis.
Dejamos todo y así nomás, casi sin dormir esa noche, nos preparamos un mate y nos fuimos a caminar los 3. Arrancamos hacía el lugar que nos habíamos bajado, pq vimos que había un parque lindo. Tremendamente ordenado y limpio el parque, aunque en las calles se veía un poco de basura. Después pasamos por una catedral que era impresionante, St.Mary se llamaba, y nos metimos a ver como era. Era como una construcción bien británica, alta y sumamente detallada. Adentro los vidrios y las esculturas eran maravillosas. Había un órgano de esos de iglesia gigante, y en una empezamos a sentir que sonaba, había un tipo que lo estaba tocando. Nose como hacía para tocar con tantos botones, pero salía un sonido espectacular.
Seguimos caminando y la intención era llegar al Opera House, enfilamos para la calle que nos dejaba ahí.  Mucho calor y sin dormir, se estaba haciendo brava la llegada. Pero queríamos verlo a toda costa. Por fin llegamos y esa última cuadra se hizo linda, ir bajando e ir viendo a lo lejos el puente y el Opera House fue tremendo. Lleno de gente por todos lados, mucho Chino como de costumbre. Costaba creer que estábamos ahí. El lugar es espectacular, la vista del puente, el agua clara, los bares con sus mesitas acomodadas para tomar algo con esa vista, el Opera inmenso y sus escaleras, la vista de los edificios gigantes a lo lejos, un lugar muy emblemático que estábamos conociendo. Se disfruto mucho esa mañana a pesar de la falta de sueño.





Seguimos caminando emprendiendo retirada hacia el hostel, era mediodía y picaba el hambre y el sueño. De camino un supermercado enorme donde entramos y compramos lasagna hecha, a calentarla, comer, y a dormir una siesta, era necesaria.
De tarde iban a ir llegando los demás gurises, así que de noche la idea era volver al Opera todos juntos, para verlo de noche. Fuimos por otro camino para conocer otras cosas.  Las calles llenas de gente, bastante diversidad de gente, aunque no tanto como en Auckland. El Opera House de noche y el puente iluminado nos seguía sorprendiendo. No había tanto movimiento porque acá todo termina temprano, pero el lugar era increíble. Volvimos al hostel  luego de pasear un rato más, para arrancar mañana temprano otros paseos.
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