Salíamos temprano hacia Agra, pero a las 5am jugaba Uruguay
contra Argentina por la Copa América, así que como de costumbre vimos el
partido en la madrugada. Luego de eso desayunamos y salimos hacia Agra en bus.
Esta vez la ruta era mucho mejor, era una autopista con varios carriles, así
que fuimos mucho más tranquilos. Llegamos al mediodía y fuimos a visitar el
fuerte rojo, un fuerte hecho de piedra arenisca que estaba muy bueno. Ese
fuerte fue construido por el emperador mogol Akbar, y es la fortaleza más
importante de la India, en donde vivieron y gobernaron los emperadores Mogoles.
Desde el fuerte pudimos ver a lo lejos el Taj Mahal que íbamos a visitar al día
siguiente.
Llegamos al hotel después de los paseos con bastante calor y
cansados. Estaba muy bueno, todo de mármol verde y muy coqueto. A Ceci le gusto
tanto que se llevó un pedazo de mármol en la cabeza, porque se agacho a abrir
la heladera y al levantarse se dio de lleno con la mesa de mármol, así que se
trae un chichón de recuerdo de lo duro que era. Estábamos con mucho hambre y lo
único que había cerca para comer conocido era un Subway, pero estaba lleno de
uruguayos como era de esperar. Había una caja sola donde atendían y la cola se
hizo muy larga. En una viene uno y dice que abrió otra caja, pero en vez de
hacer pasar por el orden en que estaba la fila ya armada, hizo pasar primero a
los últimos y yo quedé último de las dos filas. Para rematar, cuando faltaban
pocas personas paso lo que yo tanto me temía, se quedaron sin pan. Me querían
vender una ensalada y yo con un hambre peludo me calenté y me fui. No
encontramos nada cerca, así que volvimos a la habitación y comimos unas bananas
que teníamos, y nos fuimos a esperar a que fueran las 19hs para ir a cenar al
hotel y comernos todo. Fuimos a la piscina a refrescarnos, pero no pudimos, el
agua era un caldito, pero bueno sirvió para pasar el rato. Llego la hora de la
cena y la aprovechamos bien, había polenta, puré de papas de verdad, sopa de
tomates, carne de búfalo tipo estofado que estaba muy buena, y de postre muchas
cosas que no sabemos que eran pero también comimos. Obviamente también había
sandía como ya es costumbre en estos lados. Nos fuimos a dormir repletos
esperando al día siguiente para ir a conocer el Taj Mahal.
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