Nos despertaron muy temprano, era de noche todavía, y
salimos hacia el Ganges en varios ómnibus. Llegamos y la calle ya era un
espectáculo diferente, gente en la calle durmiendo, vacas al costado, gente
levantándose de un rinconcito. Toda una calle larga para ir acercándose al río
en donde se veía de todo. Lo que si nos extraño es que acá no eramos tan
observados como en otros lados, cada uno estaba en la suya y era como si no
estuviéramos ahí. Al fondo de la calle los guías nos llevaron a un edificio
alto de donde se podía ver toda la orilla del Ganges. Se veían los escalones
que bajaban hasta el río y las personas se estaban purificando con el agua.
Para ellos este río es sagrado y vienen tanto a purificarse como a morir en su
orilla. Se podían ver personas durmiendo y otras que nunca vamos a saber si
estaban dormidas o si estaban muertas. Mucha gente enferma viene a pasar sus
últimos días cerca del río para morir a sus orillas. En medio de todo eso había
cabras y vacas comiendo restos de comida y de basura, y nosotros seguíamos
caminando hacia una zona donde nos iban a subir a unos botes para dar una
vuelta por el río. Antes de eso, pasamos por un templo Nepalí donde había
algunas personas rezando, estaba en una altura también así que se tenía una
vista panorámica de todo. Bajamos y subimos a los botes para acercarnos a la
zona donde se realizan las cremaciones, para luego tirar las cenizas al río.
Vas llegando y vas viendo montañas de leña que utilizan para prender el fuego.
No nos permitían sacar fotos de los cuerpos pero pudimos ver uno que lo estaban
quemando, y otro más que lo estaban bajando de las escaleras todo envuelto en
una tela naranja. Nos contaron que el hijo mayor es quien debe hacerse cargo de
este ritual y quien debe prender el fuego al cuerpo de su padre. Solo los
hombres pueden acceder al costado del cuerpo y los demás familiares lo miran
desde una altura. Un panorama bastante duro y una tradición muy diferente a la
nuestra. Seguimos camino en el bote y más adelante vimos como la gente se
bañaba en esa agua considerada sagrada para ellos. Familias enteras que vienen
de muy lejos para por lo menos una vez en la vida tener la oportunidad de
bañarse en el Ganges. Más adelante gente lavando ropa al estilo antiguo, a las
orillas del río golpeando la ropa contra unas piedras y remojando en agua. El
agua a simple vista no parecía estar muy sucia, pero tiene un alto grado de
contaminación por más que para ellos es sagrada. Bajamos del barco y otra vez a
las calles llenas de gente, el mismo panorama que al entrar. Seguimos hasta el
bus que nos esperaba unas cuadras arriba, y volvimos al hotel. La verdad una
experiencia increíble haber estado en ese lugar. En todo momento pensábamos que
es increíble lo que hace la fe, porque es un río como cualquiera, con agua
contaminada y mucha mugre, y la gente se baña y usa su agua porque es algo
sagrado, sin importar las condiciones de higiene. Las creencias que tienen son
muy fuertes y viven pensando en lo que hay más allá de la vida, por eso no le
dan tanta importancia a la vida terrenal o a lo material. Algo totalmente
diferente a la realidad nuestra, así que no lo vamos a entender nunca. Solo nos
queda ir y ser simples observadores, sin la intención de juzgar si esta bien o
esta mal. Volvimos al hotel y descansamos un rato, esperando la tarde para
tomar el vuelo nuevamente a Delhi.
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