Llegamos al museo de Gandhi y pudimos ver objetos de su infancia y cosas que uso en su vida, así como también aprender algo más sobre su historia. Muchas esculturas y cuadros, y muchas fotos explicando momentos de su vida y de la revolución pacífica que llevo a cabo. De ahí partimos hacia el lugar donde simbólicamente estaría su cuerpo, que fue el lugar donde lo cremaron, para luego esparcir sus cenizas por diferentes lugares del Ganges, tan sagrado por ellos. Al ser alguien tan especial, en 5 lugares diferentes tiraron las cenizas al río. En el lugar donde lo cremaron hay una llama encendida y unas flores, y es un lugar donde acude mucha gente a visitarlo. Para entrar a este lugar había que sacarse los zapatos y dejarlos afuera en una especie de repisa. Caminamos primero por abajo para llegar hasta el lugar preciso donde lo cremaron y donde está la llama, y luego dimos otra vuelta por la parte de arriba para ver todo desde otra perspectiva. Un lugar muy sencillo pero muy lindo y muy simbólico.
Volvimos al hotel a acomodar las cosas y descansar porque al otro día volábamos para Emiratos Árabes. Como quedaban algunas cosas para comprar volvimos con Juan hacia la zona donde había comercios y seguimos recorriendo puestos callejeros y tiendas. Se nos fue la hora caminando y mirando y llegamos al hotel justo a la hora de la cena. A comer bien y con la panza llena a descansar.
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