21 ene 2016

Día 6- Templo Edfu, Templo Kom Ombo y llegada a Aswan


Este mañana no hubo madrugon, es más nos levantamos tardísimo (7:00am), desayunamos y nos fueron a buscar en unos carros tirados por caballos para llevarnos al primer paseo del día, el Templo de Edfu, es el segundo templo más grande en Egipto después de Karnak y uno de los mejor conservados. El templo, dedicado al dios halcón Horus. El viaje en carro no prometía estar para nada bueno por el estado general del carro, el niño que lo manejaba y porque el tránsito no ayudaba en nada en pasar un viaje tranquilo. En el carro íbamos de a 4, 2 de frente y 2 de espaldas, nosotros íbamos con Luli y Mauri ellos 2 querían ir de espaldas para no ver el caballo ya que a Luli no le copa mucho la idea de la tracción a sangre animal. Fuimos conversando de todo un poco para distender la situación, cuando la cosa ya estaba tranquila y hacía un rato que estábamos arriba del carruaje Camilo y yo vimos venir de frente un carro igual al nuestro en sentido contrario pero que el caballo se venía hacia nuestro carril…lo único que nos dio tiempo de hacer fue decir “guarda!!” y medio atajar a Mauri. Las ruedas de los 2 carros chocaron y eso hizo que el nuestro se diera vuelta quedando todos en el piso sobre Mauri (quien llevó la peor parte, un lindo raspón en calle de tierra y pedregullo). Cuando logramos pararnos y salir de adentro del carro totalmente volcado la gente pretendía que nos subiéramos a otro pero la verdad no daban ganas, ya fue el paseo en carro…en eso aparecieron los de la agencia y les dijimos que no volvíamos en carro que íbamos a volver caminando. Capaz leído dicen “que exagerados” pero de verdad fue un momento de estrés y la sacamos barata porque Luli y Mauri prácticamente quedaron entre las patas del caballo que también estaba en el piso y se asustó y empezó a patear cuando nos empezamos a parar nosotros. Bueno…luego de todo eso llegamos al Templo de Edfu, enorme como todos, lleno de jeroglíficos…paredes y paredes llenas, del piso a lo más alto, hubiese estado muy bueno entender lo que decía en todos! Pinturas con pila de escenas, muchas conocidas de los libros de historia, otras repetidas de otros templos y muchas otras nuevas. Corredores estrechos que caminabas y tenías jeroglíficos para un lado y otro, parecían iguales pero el pajarito miraba para otro lado jeje. La verdad que no tiene desperdicio ninguno de estos lugares que estamos visitando, creo que ninguno de los 2 creyó en su vida estar en este lugar tan impresionante ni que iba a quedar tan deslumbrado con todo. Llega un momento del viaje que uno “pierde la capacidad de asombro” y todo lo resulta “mmm si esta bueno pero…” por suerte acá se nos paso y volvimos a encontrar ese encanto y esa capacidad que creímos haber perdido. Al salir del Templo nos estaba esperando un taxi para llevarnos a los 4 al barco “sólo a los que tuvieron el accidente” decían jajaja, así que volvimos con aire acondicionado y rapidísimo, esquivando carros. Llegamos al barco, una ducha, descansar, un poco de hielo en las partes golpeadas con el accidente y esperar al almuerzo. En la tarde volvimos a navegar y llegamos al templo Kom Ombo, al cual dudamos en bajar a recorrer porque estábamos cansados y nos dolia todo todavía pero no vamos a volver a estar acá y dijimos “vamos”. La construcción de este templo es única debido a su diseño doble, la mitad sur del templo estaba dedicada a Sobek, dios de la fertilidad y creador del mundo y la mitad norte del templo estaba dedicada a Haroeris «Horus el viejo». Es un Templo chico, tiene una pintura en la cara interna del muro posterior del templo que es bien distinta a todas, en él se representa una colección de instrumentos quirúrgicos. Es espectacular, está todo inventado y todo surge de acá. Después al bajar del templo hay un museo de cocodrilos donde hay momias de cocodrilos y otros embalsamados. Bien distinto resulto ser este lugar. Al final no nos arrepentimos de haber bajado y conocer este lugar. Volvimos a subir al barco para cenar y seguir tomando algo, esta noche había fiesta de disfraces, que nos enfrentamos a sentimientos encontrados...por un lado decís "ta quiero dormir un día!" pero por otro lado estas en un crucero por el río Nilo y se organizo una fiesta de disfraces que seguramente este divertida...pero en la madrugada salimos rumbo al esperado Abu Simbel y no da no disfrutar por estar cansados y con ganas de volver al barco a dormir, así que el sueño ganó. Unas cervezas arriba con todos y bajar a descansar.





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