Salimos temprano nuevamente, ya se hizo costumbre esto de
madrugar, y salimos con rumbo a Osaka. Queríamos visitar un castillo y después
ir a ver a Forlán al entrenamiento de Cerezo Osaka. Con Ceci ya estábamos un poco
cansados de ver templos y castillos, y quisimos hacer algo diferente. En la
estación de tren nos separamos los que querían ir a un lado o a otro. Nos
tomamos un tren que nos dejo en una estación pequeña, y teníamos que salir y
tomar un bus hasta la zona donde entrena el Cerezo. En esa zona está el estadio
de fútbol, de baseball y una especie de gimnasios donde los usan para
diferentes actividades. Una señora que iba en el bus se dio cuenta de a donde
íbamos y nos indicaba donde nos teníamos que bajar. Teníamos el nombre del
lugar escrito en japonés así que entendió, el tema era como nos hablaba. En
base a señas nos fue diciendo a medida que el bus iba avanzando, fue muy
divertido. Bajamos y estaban entrenando ahí en un cantero unos de baseball. Nos
acercamos al DT y le dijimos donde entrenaba el cuadro de fútbol, nos señalo
hacia donde era, y le dijimos FORLAN, puso cara de “SI SI SI ES PARA AHÍ”.
Llegamos y nos encontramos como con 40 personas más del grupo de viaje que
estaban en la misma. Entramos a preguntar por Forlán y de repente arrancó a
sonar la alarma de incendio. Los japonenes no entendían nada, y nosotros menos.
De a poco fuimos saliendo para ver si era verdad o no lo de la alarma, y en eso
vemos salir del baño a Jessica muerta de risa y medio nerviosa, intentando
explicar lo que había pasado. Resulto que se había metido al baño de
discapacitados, y no tuvieron mejor idea que poner un botón al lado de la
cisterna para que alguna persona toque y active una alarma si precisa ayuda. Lo
que paso fue que Jessica obviamente toco ese botón y se activo toda la alarma,
fue muy pero muy gracioso. Nos fuimos a la zona de gimnasio donde nos dijeron
que iba a estar Diego y después de unos minutos salió a saludarnos. La verdad
que se porto 10 puntos con todos nosotros, éramos como 50 personas todas
pidiéndoles fotos y autógrafos y en ningún momento se molesto. Al contrario, le
dijimos de hacer una foto grupal para no molestarlo y dijo que no, que una con
cada uno que no había problema. Se puso del otro lado de la reja y arrancamos a
conversar como si nos conociéramos de toda la vida, sobre el mundial 2010,
sobre la selección, sobre como es jugar en Japón, sobre Peñarol, sobre la
cultura japonesa, y montón de cosas más. Se acercaban japoneses a sacarse fotos
y en perfecto japonés les decía que esperaran, que estaba con nosotros.
Estuvimos casi 1 hora y media hablando con el de todo un poco. Un tipo
realmente sencillo que es como cualquiera de nosotros, y que la tiene clara
donde está y quien es. Una linda visita, algo diferente en lo que va del viaje.
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