1 jun 2015

DÍA 4 – Osaka


Salimos temprano nuevamente, ya se hizo costumbre esto de madrugar, y salimos con rumbo a Osaka. Queríamos visitar un castillo y después ir a ver a Forlán al entrenamiento de Cerezo Osaka. Con Ceci ya estábamos un poco cansados de ver templos y castillos, y quisimos hacer algo diferente. En la estación de tren nos separamos los que querían ir a un lado o a otro. Nos tomamos un tren que nos dejo en una estación pequeña, y teníamos que salir y tomar un bus hasta la zona donde entrena el Cerezo. En esa zona está el estadio de fútbol, de baseball y una especie de gimnasios donde los usan para diferentes actividades. Una señora que iba en el bus se dio cuenta de a donde íbamos y nos indicaba donde nos teníamos que bajar. Teníamos el nombre del lugar escrito en japonés así que entendió, el tema era como nos hablaba. En base a señas nos fue diciendo a medida que el bus iba avanzando, fue muy divertido. Bajamos y estaban entrenando ahí en un cantero unos de baseball. Nos acercamos al DT y le dijimos donde entrenaba el cuadro de fútbol, nos señalo hacia donde era, y le dijimos FORLAN, puso cara de “SI SI SI ES PARA AHÍ”. Llegamos y nos encontramos como con 40 personas más del grupo de viaje que estaban en la misma. Entramos a preguntar por Forlán y de repente arrancó a sonar la alarma de incendio. Los japonenes no entendían nada, y nosotros menos. De a poco fuimos saliendo para ver si era verdad o no lo de la alarma, y en eso vemos salir del baño a Jessica muerta de risa y medio nerviosa, intentando explicar lo que había pasado. Resulto que se había metido al baño de discapacitados, y no tuvieron mejor idea que poner un botón al lado de la cisterna para que alguna persona toque y active una alarma si precisa ayuda. Lo que paso fue que Jessica obviamente toco ese botón y se activo toda la alarma, fue muy pero muy gracioso. Nos fuimos a la zona de gimnasio donde nos dijeron que iba a estar Diego y después de unos minutos salió a saludarnos. La verdad que se porto 10 puntos con todos nosotros, éramos como 50 personas todas pidiéndoles fotos y autógrafos y en ningún momento se molesto. Al contrario, le dijimos de hacer una foto grupal para no molestarlo y dijo que no, que una con cada uno que no había problema. Se puso del otro lado de la reja y arrancamos a conversar como si nos conociéramos de toda la vida, sobre el mundial 2010, sobre la selección, sobre como es jugar en Japón, sobre Peñarol, sobre la cultura japonesa, y montón de cosas más. Se acercaban japoneses a sacarse fotos y en perfecto japonés les decía que esperaran, que estaba con nosotros. Estuvimos casi 1 hora y media hablando con el de todo un poco. Un tipo realmente sencillo que es como cualquiera de nosotros, y que la tiene clara donde está y quien es. Una linda visita, algo diferente en lo que va del viaje.


 
 
De ahí nos volvimos al hostel porque teníamos como 3 horas de viaje. Llegamos y nos fuimos a recorrer el Imperial Palace, que quedaba a pocas cuadras del nuevo hostel. Era otro parque gigante que en el medio tenía un templo todo amurallado. Estaba cerrando y no pudimos entrar, pero recorrimos el inmenso parque, medio rápido porque nos teníamos que ir esa noche a Tokio en tren.




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