Nos pasaron a buscar por el hostel y nos llevaron al puerto
de donde salía el ferry a Gili. Tuvimos 1 hora de viaje con bastante calor para
llegar al puerto. El ferry, también un caos, gente por todos lados y nada muy
organizado, ya nos estamos acostumbrando. Al llegar una isla hermosa con agua
cristalina nos recibió. Nuestro hostel quedaba cerquita de donde bajamos, así
que enseguida llegamos y dejamos todo para irnos al agua, ya que estábamos
muertos de calor. Agua tibia y transparente, con peces por todos lados, muy
lindo la verdad.
En la habitación éramos 5 nosotros y una alemana y una
austríaca. En principio parecía todo bien. Con el correr de los días la cosa se
complico, se fue la alemana y vino un alemán. Ahora teníamos a 2 desconocidos
que eran bastante bien de día, pero de noche no dejaban dormir, llegaban a
cualquier hora, hacían ruidos, dejaban todo tirado. Es lo que tiene esto de las
habitaciones compartidas.
Contando
un poco como es la isla, no tiene muchas edificaciones y todo está hecho para
los que vienen a hacer turismo. Lugares para comer, para alquilar barcos, para
hacer snorkel, todo sobre la única calle sobre la costa. Después tiene
callecitas para el interior que hay casas, sumamente precarias. La isla es
redonda y por la calle de la costa se puede dar toda la vuelta a la isla. Todo
es muy barato y todo se regatea, se come por poca plata en bares pegados a la
orilla del agua.
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