Nos levantamos a desayunar ya con un calor tremendo. Si no
estás en la piscina o bañándote, se hace sentir el calor. Salimos todos a
caminar por la calle más principal de por ahí cerca. Era una especie de Chuy,
pero con gente ofreciéndote cosas cada 2 metros. Te ofrecen de todo, taxi,
agua, cerveza, comida, souvenirs, tours por la isla, etc. Llega a ser bastante
incómodo por momentos, pero bueno, es su trabajo y uno al final se acostumbra.
Además hay que entender que para ellos
nosotros somos ricos. El nivel de vida acá es muy bajo y nos ven como cajeros
automáticos andando. Para que se hagan una idea, 13.000 rupias es 1 dólar. En cada lugar ofrendas en el piso que las
tenés que ir esquivando. Es un panorama bastante pintoresco y raro a la vez.
De tarde fuimos a la playa de Kuta, una playa linda ya que
el agua es transparente, pero la arena no es muy linda. Ni bien pisamos la
arena otra vez avalancha de vendedores. Después de pensarlo un rato, alquilamos
con Juan y Koala, 3 tablas de surf. Nunca había hecho surf, así que tener la
primera chance en Balí no estaba nada mal. No es tan fácil como uno se piensa,
hay que remar bastante con los brazos para poder agarrar una ola. Luego de
varios intentos fallidos logre pararme en algunas olas chicas, así que misión
cumplida, hice surf en Bali.
Nos
volvimos al hostel, y en el camino conseguimos un paseo para hacer al otro día,
donde íriamos a recorrer toda la isla de Bali. Es bastante grande, así que nos
esperaban muchos kilómetros en un día. Ibamos a ir en 3 camionetas, ya que
éramos 17 personas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario