4 may 2015

DÍA 2 – China Town y Parque Merlion


Nos fuimos los 2 solos al Barrio Chino, nos tomamos un metro y fuimos. Nos encanto viajar en metro en este país, es todo muy sencillo. Llegas a la estación, vas a la maquina pones de donde a donde queres ir, te dice el precio, pones billetes o monedas, te da el boleto o te carga el que ya tenés, te da el cambio y listo, a viajar. Además está todo super señalizado, muy limpio y además pasan cada 3 minutos, la perfección. Llegamos a la estación del Barrio Chino y salimos a la superficie y no teníamos ni idea en que calle estamos, arrancamos a caminar y nos metimos sin querer en una especia de shopping y no sabíamos salir. Al rato salimos y nos encontramos con unas gurisas del grupo de viaje que más o menos nos ubicaron donde estábamos. Seguimos caminando y recorrimos muchas calles, venden de todo, ropa, comida, artesanías, esta bueno. Luego nos fuimos caminando bajo una llovizna hacia el parque Merlion. Vendría a ser lo que está frente a la bahía y se veía desde el edificio que fuimos ayer. Es donde está el verdadero Merlion, junto a la Flor de Loto y de fondo el hotel mirador que habíamos ido el día anterior. Por suerte paro de llover y nos permitió seguir caminando y disfrutando. En esa vuelta caminamos por la pista de F1, era raro estar ahí se veían las marcas de las delimitaciones que hacen para las carreras, la verdad no estaba pensado pasar por ahí y el “factor sorpresa” lo hizo aún mejor. Seguimos…y llegamos a un puente que es como una hélice que por lo que entendimos que decía el cartel estaba como inspirado en el ADN, si no era eso nuestra imaginación nos engaño porque hasta lo vimos recreado. Un poquito más (que bajo el sol y el calor parecían Km) y llegamos a la Noria de Singapur, inmensa de grande, las cápsulas son gigantes no subimos por varios motivos, tiempo: se movía muuuy lento y por la vista, ya habíamos visto casi todo lo mismo que se podía llegar a ver desde ahí.





Una vez en el hostel, un bañito reparador y salir al aeropuerto. El viaje hacia el aeropuerto fue una mezcla de divertido y estresante, para empezar se ve que la línea que nos teníamos que tomar de metro vendría a ser el 370, porque dejamos pasar 2 y venían cual de los 2 peor de llenos…en fin…tomamos la decisión de separarnos en los vagones porque 12 y con 12 valijas iba a ser aún más complicado. Una vez dentro me siento en el único lugar que había libre con las valijas y las mochilas de nosotros 2, muy apretados el metro seguía subiendo gente pero nadie bajaba…cada vez más apretados lo que implica más olores (de todo). Llego el momento de bajarse y tomar otro para ir al aeropuerto, ese fue más fácil porque el recorrido era circular sólo para el aeropuerto. Llegamos pero no todo es tan simple…la terminal a la que teníamos que ir implicaba un tren interno que te lleva de una terminal a otra…conclusión otra vez un tren. Ahora si, en la terminal correcta todos los trámites pertinentes y esperar a que salga el avión rumbo a Malasia!

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