7 may 2015

DIA 4 – PLAYA NAC PAN


A las 9 nos pasó a buscar la camioneta que contratamos para ir a la playa, de viaje eran más o menos 45 minutos. El camino era bien rústico, calle de tierra y campo para los 2 lados. Pasábamos cada tanto por parte de carretera con asfalto pero la mayor parte del camino era de tierra. Ver las casitas y los niños jugando al costado de la ruta era algo lindo de ver, no se porque, pero es algo que nos gustó. La carita que tienen esos niños es bien inocente, cero maldad…no se son diferentes. Bueno, llegamos a la playa y era igual de linda que Las Cabañas pero mucho más grande, más arena, más tranquila porque no había casi gente y el agua bastante más picada. Después de encontrar el lugar ideal, mitad sombra mitad sol y todas las cosas acomodadas, al agua!



 A jugar con las olas. Como todo hasta ahora, hermoso! Paradisiaco! Luego de eso, tirarse un ratito a reposar con un jugo de ananá recién hechito, que más se puede pedir??




Llego el momento de almorzar y tuvimos que salir a buscar un parador, había uno cerca de donde estábamos pero seguramente demoraran muchísimo porque había mucha gente sentada. Empezamos a caminar por la playa y se veía lejos que habían muchas banderas, pensamos ahí seguro es un parador. Seguimos caminando y cuando estábamos llegando empezamos a reconocer algunas banderas de países y empezó la clásica “estará la de Uruguay? Sisi tiene que estar! Ahí está la de Argentina”, allá la última…la de Uruguay! Es increíble la sensación de felicidad que te viene después de ver algo tuyo, algo que reconoces…algo que hace tiempo no ves y cuando lo tenes todos los días no prestas atención. Esa misma sensación nos da cuando sentimos a alguien hablar español y se agranda cuando el español es  más bien latino, uno empieza a apreciar mucho más sus cosas desde lo más grande hasta lo básico como el hablar con otro en tu idioma. En fin…todo eso genero ver la bandera jaja.




Comimos en ese parador en la playa, riquísima la comida…la única crítica (pero no es puntual de este lugar sino de todos los de por acá) es que la bebida no estaba fría, pero bueno pasa y estaba rica igual. Una vez terminado el almuerzo volvimos a donde estaban todos. Otra vez a acostarnos para hacer bien la digestión jaja. Una siestita reparadora y vuelta al agua por última vez porque ya nos estábamos por ir al hostel. Para matar el embole viendo que las palmeras tenían unas ranuras para subirse a sacar cocos, intenté subirme a una. Llegue a una altura considerable y me dio miedo caerme de cabeza.



Para culminar ese día tan agotador nos fuimos con Juan, Noe, Vale, Tepha y Javier a hacernos masajes. Impresionante las manos que tenían esas señoras, totalmente sedados salimos todos de ahí directo a comer en el restaurante de la playa prontos para después de eso irnos a dormir que al otro día teníamos contratado el tour c.

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