7 may 2015

DIA 1- PUERTO PRINCESA


Después de un viaje bastante agotador de toda la noche y una escala en Manila de 3hs llegamos a Puerto Princesa. El aeropuerto era una terminal de 3 cruces a la cual llegan aviones, no existe control de equipaje ni nada por el estilo, te bajas del avión en la propia pista cruzas una puerta cruzas un hall y ahí está la cinta transportadora de valijas (lo más moderna para lo que es el aeropuerto) y cruzas la puerta…vereda. Ta se termino el aeropuerto. Luego de sacar plata (es conveniente hacerlo en Manila ya que hay un solo cajero en el aeropuerto) fuimos a buscar el taxi o algo del estilo para ir al hostel. Ya que estábamos tramitamos también la ida a El Nido, ida al hostel + ida y vuelta a El Nido = usd 20 una ganga. Esperando que la camioneta llegara vimos que los autos volvían a manejar por la derecha! Bienvenidos al tránsito normal! Llega la camioneta, momento de cargar las valijas, es una situación de stress en todas partes a las que hemos ido, somos muchos y todos con valijas o mochilas grandes. Las que no entraban las coloco en el techo (sin vaca) y a la pregunta “como las va a sujetar?” un tipo se sienta encima y dijo “Go!”. En fin, en el camino eran todas calles de tierra y angostas, todos mirábamos para afuera pensando y diciendo “por acá no camino ni media cuadra”. Para rematar el pensamiento se siente un fuerte golpe en el techo, se baja el conductor, mira y ahí es cuando se entera que su compañero iba arriba del techo con más valijas, “Jajaj my friend is in the roof” seguimos viaje al hostel. Al llegar, era como un oasis en el desierto! No pegaba ni ahí con los alrededores, era bien prolijo, pintadito y con baldosas en la entrada. Esa noche era la única que pasaríamos en Puerto Princesa porque el propósito de estar ahí era hacer el paseo del Río Subterráneo y dormir después de tanto viaje. Dormimos todos los 12 juntos en una habitación, una especie de gran hermano por una noche en Filipinas. Una experiencia divertida pero un tanto de tensión por momentos. Desayunamos a las 6 am y las 6:30 nos pasaron a buscar para ir al Río. La guía una genia, nos fue explicando todo de Filipinas y cosas del Río Subterráneo. Hicimos una parada antes para sacar alguna foto y comprar alguna cosa antes de llegar. Una vez ahí la guía se encargó de sacar número para ir hasta la entrada de la cueva, nos tocó el turno y en 2 botes salimos. La vista es espectacular, el color del agua, las piedras de la cueva, el verde de los árboles, todo es muy lindo. Nos bajamos y ahí a caminar un poquito para llegar a la entrada. Los botes eran de a 10 y nosotros al ser 12 habían 2 que tenían ir con desconocidos, allá fuimos con un bote lleno de chinos, japoneses o coreanos…estuvo bueno no entendíamos nada y ellos a nosotros tampoco lo cual lo hizo bastante más divertido. Al principio medios quemados porque nos preguntaron donde nos queríamos sentar y nos pusimos al frente hasta que vinieron 2 chinas o no se que y nos sacaron, no entendíamos nada el porque hasta que al entrar vimos que la persona que manejaba el bote iba indicando a donde iluminar en inglés y las personas de adelante eran las encargadas de eso, el tema es que nadie nos pregunto si sabíamos inglés y nos sacaron igual para el fondo. Igualmente estuvo bueno. Adentro de la cueva el agua obviamente está helada, se sentía el ruido de los murciélagos por todos lados y las piedras y el óxido crearon unas imágenes que es lo que vas viendo a medida que avanzas. Recomendable para nosotros el paseo por el Río Subterráneo.

 
 
Al terminar todo nos fuimos a almorzar, un buffet riquísimo. Había de todo y de sabor estaba delicioso. Regresando a Puerto Princesa hicimos una parada en un lugar donde te tirabas de tirolesa, ahí comprobé que tengo fobia a las alturas. Subimos nosotros 2 con Clau y Nani pasando por unas cuevas geniales que era el recorrido hasta la cima para tirarse. Todo muy lindo hasta llegar arriba, se tiro Clau primera, luego vino Nani y cuando llegue yo empecé a sentirme mal y entré en pánico…conclusión me baje y se tiró Camilo. Ahí volví a hacer el camino para bajar (que fue bastante más complicado que la subida), las piernas me temblaban todavía, lo intenté…se ve que el tema de la altura es algo a tratar con psicólogo jajaja. Después de todo, vovler a Puerto Princesa para ir a El Nido. Un viaje cansador, 6hs en una camioneta no hecha para un viaje tan largo.
 
 
El camino empezó bien hasta que se hizo de noche y veías como la gente se tiraba a cruzar sin una luz ni nada, el chofer tenía una vista increíble porque verdaderamente no se veía nada. Jugamos a pila de cosas para hacer el viaje más divertido, cantamos y hablamos de cualquier cosa pero llego un momento que el cansancio y la incomodidad empezó a hacer cambiar el humor y el silencio se hizo general. Llegamos a El Nido ya tarde, el hostel ya de arranque buenísimo, la gente de ahí también. Una vez estiradas las piernas comenzó la odisea de buscar algo para comer a las 12 de la noche, encontramos unas pizzas riquísimas y enormes. Panza llena, bañados…a dormir!

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