14 may 2015

DÍA 7 – Viaje a Japón, escala en Singapur


Nos esperaba un largo viaje antes de llegar a la tierra del sol naciente, 6 hs de combi, espera de 4 horas en el aeropuerto de Puerto Princesa, vuelo 2 horas a Manila, llegamos corriendo a tomarnos el vuelo hacia Singapur, donde llegábamos a las 22hs y el vuelo a Tokio era a las 8hs de la mañana. Por lo tanto, nos quedamos a dormir en un rinconcito del aeropuerto que nos pareció lo más cómodo que pudimos encontrar. Después de llenarnos la panza con un super combo, dormimos hasta las 5 para despertarnos y hacer el check in, no estábamos muy lejos. Llegaron las 8 de la mañana y estaba por arrancar el avión, y ya empezamos a tener la impresión de que Japón nos iba a encantar. En la pista, al costado del avión, había varios japoneses con una pancarta que decía “See you again” y haciendo la reverencia y saludando todo el tiempo. Fue un presagio de la amabilidad que íbamos a tener en ese país.

Dormimos un poco y llego la hora de la comida, primero nos trajeron en una bandeja una toalla húmeda toda arrolladita que no sabíamos para que servía. Vimos que los japoneses se limpiaban las manos, así que hicimos lo mismo. Trajeron la bandeja y era arroz, verduras, pollo, fideos frios y frutas. Obvio que todo esto lo comimos con palitos, imitando lo que hacían los japoneses nuevamente. Yo le agarre la mano enseguida, Ceci recurrio al tenedor viendo que tenía hambre y se le dificultaba con los palitos. Llegamos a las 16 hs a Tokio y fuimos a la oficina de Japan Rail Pass, a canjear nuestro pase por 7 días para usar todos los trenes y metros. Nos estaba esperando Mauri, que había llegado el día anterior a Japón y había pasado todo el día en el aeropuerto para unirse al grupo con nosotros, ya conocía el aeropuerto de principio a fin, así que ahora somos 13.

 
Reservamos asiento en el Shinkansen que es el tren rápido que nos iba llevar a Kyoto. Nos teníamos que tomar un metro para llegar a la estación donde salía el tren rápido, nuestro primer tren bala. Es un medio de transporte que funciona a la perfección y esta pensado para viajar con equipaje, aunque es verdad que mirar el mapa de todas las líneas que hay, y todo escrito en japonés asusta un poco. Pero realmente es fácil después de que entendés un poco la lógica con la que está hecho todo. Además los japoneses son sumamente amables y te tratan de ayudar en todo momento, ya sea en inglés o con gestos. Si es necesario caminan contigo varias cuadras para llevarte al lugar donde tenés que ir, si es que no se pueden hacer entender. Es un cambio cultural realmente increíble, al que no estamos acostumbrados y nos impacta positivamente.

El tren bala, está tremendo, va rápido de verdad y ves pasar las cosas a gran velocidad afuera. Adentro ni te enteras que te estás moviendo así que el viaje se disfruta mucho. Llegamos bastante tarde a la estación de metro y nos tomamos tres taxis hasta el hostel. El taxista nuestro dijo que había entendido donde era, así que fuimos pensando estaba todo bien. Llegamos y entramos y el de la recepción nos dijo que no era ahí, era otro hostel que también se llamaba Kahosan, pero no Guesthouse sino Theather. Por suerte quedaba a 4 cuadras de ahí, así que salimos a caminar por las calles de Kyoto a las 23hs con todas las valijas para llegar, realmente muertos de cansados después de tantas horas de viaje. Por suerte llegamos y el hostel estaba muy bueno, así que a comprar comida rápida de hacer en el Seven eleven que había enfrente y a dormir.

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