Nos fuimos temprano hacía Central Market, con un calor
que a esa hora ya se hacía sentir. Llegamos y recorrimos el lugar, que vendría
a ser como una especie de mercado de los artesanos con una linda plaza de
comida. Dimos unas vueltas y salimos hacia el Barrio Chino que quedaba cerca,
pensando que podía llegar a haber lindas cosas para ver y comprar. La verdad
que no había nada, era una mezcla de 8 de octubre chino y feria de tristán
narvaja. Volvimos al Central a la plaza de comida que nos había gustado y
almorzamos ahí. Seguimos hacia una mezquita que nos costo llegar porque estaban
arreglando todas las calles. Las mujeres tenían que entrar con las rodillas y
el pelo tapados, por lo que tuvieron que ponerse como una túnica roja parecidas
a las del Ku Kux Klan. Entre el calor y que no estaba muy bueno, nos fuimos
enseguida.
Seguimos hacia la plaza mayor que tiene una mezquita enfrente, y es
todo un pasto gigante con un monumento que tiene la bandera de Malasia. De ahí
seguimos, con mucho más calor, a la mezquita azul. Eramos buscadores de agua
fría a cada momento porque estábamos deshidratados del calor. Tarea difícil
encontrar agua fría en estos países. Volvimos al hostel con la idea de ir a la
torre de Malasia parecida a la de Auckland, pero el cansancio nos gano y no
fuimos. Nos quedamos descansando porque esa noche nos íbamos para Filipinas.
Cuando se acerco la hora de irse, y estábamos esperando los taxis, aparece un
tipo Chino a los gritos dentro del hostel queriendo organizar las valijas.
Nadie entendía nada que quería ni quien era. Resulto ser uno de los taxistas
que nos iba a llevar. Después de “organizar” el equipaje salimos rumbo al
aeropuerto con nuestro chofer estrella. Se reía todo el tiempo y parecía un
poco loco, pero era muy divertido. En su camisa tenía escrito C.K.Chong y al
preguntarle el nombre nos dijo CALVIN KLEIN CHONG matándose de risa. Nos empezó
a preguntar de donde veníamos y a donde íbamos, y se reía y no podía creer todo
lo que íbamos a hacer. Nos ofreció papitas que comía de la guantera del auto,
mientras ponía música y bailaba con una coreografía. Un personaje inolvidable.
Llegamos al aeropuerto sanos y salvos y nos regalo agua, a temperatura ambiente
de valija de auto de malasia. Nos sacamos fotos con el obviamente y nos
despidió muy contento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario