17 feb 2016

DÍA 3 - Mezquita Suleyman, Mezquita Nueva, Bazar de las especies, paseo por el Bósforo, Cuerno de Oro.


Otra vez temprano a desayunar para recorrer más mezquitas, que aunque parecen todas iguales cada una tiene lo suyo. Fuimos a la Suleyman que es una de las más grandes de la ciudad y con una vista panorámica. En el interior se puede ver también una hermosa cúpula y un inmenso lugar para los rezos. En esta lo gracioso fue que como en todas, las mujeres no pueden entrar destapadas, así que Ceci se tuvo que poner lo que le dan en la puerta para poder entrar, pero lo gracioso es que parecía el fantasma del 50, ya que era como una túnica con capucha toda celeste. Le faltaba el 50 en la espalda y correr agitando los brazos. De acá fuimos a la mezquita nueva, y no hay mucho para contar. Como no entendemos mucho de los musulmanes nos parecen todas muy parecidas. Son todas hermosas, y los colores y las cúpulas son diferentes, pero ya llevamos muchos días viendo mezquitas así que no hay mucho diferente para contar. 













Luego fuimos al bazar de las especies, y ni bien entramos se sintió en el aire un olor a mezcla de muchas especies juntas. Cada puesto vende miles de especies y comidas diferentes, entonces hay un olor a todo un poco junto. Es rico el olor, pero hay una gran mezcla. Yo probé todas las muestras gratis que me daban de todo lo que había, ni se que era, pero las probaba. No teníamos intenciones de comprar nada, así que nos dedicamos a recorrer el lugar y mirar todo, ya que era una bazar muy particular. Pudimos recorrer las afueras en donde aparte de especies también venden ropa, zapatos, telas, etc. Volvimos a la puertas donde había puestos de comida, y buscamos algo rápido y barato para seguir. Terminamos comiendo unas hamburguesas de carne no identificada, sentados en la plaza a orillas del Bósforo. De a poco fueron llegando los demás gurises y partimos rumbo al crucero por el Bósforo. 









Al llegar al puerto subimos al barco, que tenía unos asientos arriba del todo, al aire libre pero techados. Arrancó el viaje lo más bien, nos fuimos yendo hacia el puente de la típica imagen de Estambul, donde comunica Europa con Asia. Lo pasamos por abajo y de verdad que es grande. Por los parlantes Betty (la guía) nos había dicho que podíamos comprar comida y bebida, a lo que todo el mundo había dicho que no ya que los precios eran muy caros. En una sube un mozo con una bandeja y nos ofrece jugos de naranja, a lo que pregunte "it´s free" y responde medio haciendo el boludo "ehhh.. yes". Entonces agarramos y tomamos el jugo. Recorrimos la orilla asiática y a la vuelta la europea, viendo los diferentes estilos de arquitectura. En una, sube el tipo a cobrar los jugos, los que supuestamente eran "free". Nos había hecho la del treinta, y nos quería cobrar 9 liras un jugo de naranja que en el centro valía 1 lira. Algunos pagaron, otros haciendo honor a nuestra sangre charrúa dijimos, "las bolas pago" algo que supuestamente en principio era "free". El tipo quería cobrar y se nos paraba adelante, y ahí no hubo más inglés, en español le dijimos de todo a lo que el muchacho seguramente haya entendido que no íbamos a pagar. Uruguay 1 Turquía 0, no pagamos nada. Nos fuimos en el bus hacia el cuerno de oro, que es un estuario donde se encuentran el Bósforo y el mar de Mármara. De ahí se puede ver la torre Galata, que originalmente servía de custodía de la ciudad por la vista que se tiene del cuerno de oro. Antes de llegar a la torre, pasamos por el puente Galata, donde hay en sus cabeceras diferentes bares y un paseo lindo por la orilla. Mucha gente pescando y recorriendo la orilla, hacen una vista muy pintoresca. Volvimos al hotel, y compramos para cenar en la habitación. Como no podía ser de otra manera, Kebabs fue la cena de esa noche.






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