17 feb 2016

DÍA 4 - Día libre, Puente sobre Bósforo, Torre Galata, caminata orillas Bósforo.


Teníamos el día libre para recorrer lo que quisiéramos, así que fuimos a desayunar temprano igualmente para poder salir a caminar. Preguntamos si era viable ir caminando hasta el puente sobre el Bósforo, que de arriba del hotel se veía bastante cerca. Nos dijeron que sí, que serían mas o menos 10 cuadras. Nos pareció que eran más cuadras, pero igual arrancamos. La idea era llegar hasta el puente tan famoso que conecta Asia con Europa, el grande, no los otros chicos que también lo conectan. Arrancamos a caminar y la verdad que estuvo muy salado, no existen las calles rectas en Estambul, son todas en subidas y bajadas, hacía mucho calor y nos cansamos enseguida. Las subidas son muy grandes y las bajadas vas tan rápido que te cansas más. Pudimos llegar hasta una especie de puertito desde donde se veía bien el puente y bastante cerca, así que nos quedamos por ahí. Estuvimos un rato sentados mirando el río y descansando. Volvimos todo por la orilla para no pasar nuevamente por todos los cuesta arriba. Es muy linda esa zona, con los tranvías, los barcos, la gente caminando, las construcciones a orillas del río, hermosa vista. Cuando el gps marcaba que debíamos subir para acercarnos al hotel no nos quedo otra que tomar unas escaleras interminables para ir hacia la zona de plaza Taksim que es donde queda el hotel. Es una zona muy alta, así que nos volvimos a cansar y quedar muertos nuevamente. En el camino parada en una almacén para comprar agua y fruta. Ya en el hotel almorzamos algo y descansamos un rato porque el calor era bastante. 







En la tarde salimos hacia la torre Galata, que queda al final de la peatonal que ya hemos recorrido, así que la hicimos más rapido para llegar hasta la torre. Las calles se estrechan y dejan de ser peatonales, hay muchas tiendas de artesanías y arranca una gran bajada hasta el río. Pasamos por la torre pero no la subimos, ya estábamos bastante alto como para ver algo tan diferente, y la cola era gigante. Seguimos hasta el río para ver esta parte de la orilla, y la verdad muy pintoresca. Hay un puente que se puede ir caminando por una especie de piso de abajo donde esta lleno de bares y al estar sobre el puente los barcos pasan muy cerca. Luego volvimos y caminamos por la orilla donde había mucha gente pescando, gaviotas comiendo los restos de pescado, gente paseando. Vendría a ser como la rambla uruguaya, pero obvio que mucho más chica. Ya sobre la noche volvimos al hotel, nuevamente cuesta arriba, para terminar de matar a nuestras piernas. A cenar y a dormir, mañana partimos hacia Capadoccia tempranito como de costumbre.


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