22 feb 2016

DÍA 5 - Llegada a Athenas


Nos levantamos a desayunar al comedor del hostel, ya que estaba incluído y había que aprovechar. Teníamos una hermosa vista desde ese lugar ya que estaba pensado para que las mesas quedaran de frente ya que estábamos como en una altura y era lindo todo lo que se veía desde ahí, la piscina, las casas blancas con techos azules, las montañas a lo lejos, el agua del mar egeo, espectacular!!! Luego de eso aprontamos todo y esperamos a la muchacha del hostel que nos iba a llevar hasta el puerto en auto. Ella era de Albania, hablaba muy bien griego y también inglés, pero también nos contó que estaba estudiando español así que algunas cosas en español pudimos hablar. Era muy amable con nosotros y nos fue mostrando cosas en el camino, además de escuchar algunas cosas que le contamos del viaje. Al llegar al puerto nos despedimos y arrancamos hacia el barco, para subir por la rampa de atrás por la que suben los autos. No era tan grande este barco como el que habíamos llegado a Mykonos, pero igual estaba muy bueno. Subimos y nos quedamos en una especie de comedor arriba del todo, donde la gente se iba reservando lugares para el viaje. Obvio que rápido nos sentamos y tratamos de ocupar bastante lugar para no ir tan incómodos. Por suerte no se llenó tanto así que íbamos bien. Luego de escribir un poco algunas de estas líneas para el blog, nos entró hambre así que comimos unos sandwiches que teníamos, y después de eso nos dormimos sentados con las manos en la mesa y la cabeza apoyada en las manos. Ya a esta altura tenemos el síndrome del viaje de que en cualquier lado que nos quedamos quietos nos dormimos aunque hayamos dormido bien de noche, se ve que es algo que fuimos adquiriendo en estos meses como instinto de supervivencia je. Ya cuando faltaba poco para llegar salimos a la terraza del barco para poder ver la entrada al puerto de Athenas. Desde lejos ya se podía apreciar la Acrópolis en lo alto de un cerro. Ya adentro del puerto bajamos las escaleras para esperar cerca de la puerta para salir lo más rápido que pudiéramos. Teníamos que ir a buscar las valijas y después averiguar como hacer para llegar al hostel. Al salir preguntamos a una policía turística y nos dijo que los buses que había adentro del puerto eran gratis y te dejaban en la estación de metro. Esperamos el siguiente que se lleno ni bien llego, pero a esas cosas ya estamos acostumbrados ya que era lo más parecido al 370 un viernes a las 18 hs. Como pudimos pechando gente subimos los 2 con las 2 valijas y las 2 mochilas. Nos dejo a una cuadra del metro, que tomamos hasta la estación Victoria. En algunas estaciones de metro se pueden ver excavaciones que las dejaron como vidrieras con cosas encontradas de la Grecia antigua descubiertas al hacer los pozos para las líneas de metro. Estábamos cerca del hostel, a solo una cuadra, llegamos y al darnos la habitación la verdad no era lo que habíamos contratado. Era espantosa, tenía dos camas muy sencillas, un roperito, un lavatorio, una tele colgada, un ventilador y nada más; el detalle que si querías ventilador no había tele porque había 1 sólo enchufe. El baño era compartido y también era todo muy viejo. Pero bueno, había salido barato y éramos solo nosotros 2 por dos noches, así que ahí nos quedamos. Nos dimos un baño y salimos a caminar para recorrer un poco la zona. 




Teníamos pensado ir a la Acrópolis al día siguiente pero igual arrancamos para ese lado para ver que podíamos ver de noche. Fuimos por unas peatonales donde había muchas tiendas y mucha gente comiendo y tomando algo. Ya al oscurecer se veía la Acrópolis toda iluminada así que fue un lindo espectáculo. Nos compramos algo parecido a lo que habíamos comido en Turquía, una especie de Kebab que fuimos a comer a una plaza donde había música en vivo. Volvimos caminando hacia el hostel, y ya era bastante tarde. La zona del hostel no era tan linda a esa hora, pero llegamos bien. Hacía mucho calor y salimos al balcón, y teníamos un vecino de cuarto que nos dió charla, era Egipcio el veterano y le dijimos que veníamos de Egipto y hablamos de lugares y esas cosas. Era medio raro el viejo, pero bueno, nos fuimos a acostar. En eso cerca de las 12:30 de la noche ya acostados, arrancaron a golpear la puerta del cuarto, y no queríamos abrir a nadie, estábamos los dos solos y en el piso tampoco había mucho movimiento. Al final después que golpearon 3 veces fui y abrí la puerta, y era el viejo egipcio que me quería pedir 2 euros para tomarse el metro porque me dijo que se iba de madrugada y no tenía para irse. Obvio que le dije que NO en perfecto español jaja y le cerré la puerta lo más rápido que pude. Nos acostamos pero ya quedamos nerviosos así que no dormimos muy bien esa noche. 

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