22 jul 2015

DÍA 8 – Phi Phi


En la mañana nos pasaba a buscar la camioneta que nos llevaba al puerto para irnos en ferry hasta Phi Phi, era como la Cacciola pero más grande. El viaje no era muy largo pero igual se prestó para mirar avatar en tailandes, muy lindas las imágenes de la película, no entendí mucho pero parece estar buena. Ya cuando estábamos llegando se veían las islas desde lejos, una imagen de postal, el agua bien celeste y las islas con esas paredes de piedras enormes.

 
 
Al llegar al puerto cuando íbamos caminando por el muelle se veía desde arriba unos pececitos divinos ya eso te avisaba que el snorkel ahí iba a estar muy bueno. Después de caminar un poco en la arena otro poco en la calle llegamos al hostel, habíamos leído los comentarios y no eran nada agradables pero bueno había que llegar y ver. Algunas cosas ya se habían empezado a cumplir, las camas eran re duras y tenían bastante arena, en la noche había fiesta porque era como un pub y cuando abrimos la ventana…la cabina del DJ estaba ahí…se ponía lindo. En fin, son pocas noches. Bajamos a la playa que estaba mismo en la salida del hostel y la verdad no era para nada linda, la arena estaba como babosa y tenía olor feo pero bueno no sabíamos mucho a donde ir y si eran todas las playas iguales o que, nos quedamos tomando mate y pasando el rato ahí tranquilos. Después de una ducha con agua salada, muy salada, fuimos a cenar a un lugar que nos habían recomendado, espectacular la comida! Todo muy rico, barato y con gusto a conocido, no tiene picante que es muy importante. De ahí nos fuimos a recorrer y terminamos en la playa donde estaban todos los boliches y nuestro hostel, ahí entendimos porque está tan asquerosa la playa…el agua estaba totalmente retirada y ahí mismo era toda la fiesta es típico de una película de fiesta yankee, show con fuegos, trago gratis si haces tal o cual cosa, pasar por el “limbo”, puf en la arena con unas mesitas para fumar shisha, música electrónica. Nos dijeron que termina todo a las 2am sin prorrogas. Esa noche nos quedamos un rato para ver como era la noche ahí y además queríamos ver también que tan cierto era eso de que cortaban todo a las 2 para ver si íbamos a poder dormir. Volvimos al hostel, la caja fuerte que estaba en cada cama vibraba con la música de afuera. En punto cortaron la música sin previo aviso, la caja fuerte dejo de vibrar y después de un pequeño inconveniente de convivencia con uno de nuestros compañeros de cuarto pudimos dormir. A todo esto…Camilo seguía en el curso de Bangkok.
 

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