10 jul 2015

DÍA 9 – Hoian


Nos levantamos muy temprano porque a las 5 pasaba el tren, y había que ir a la estación que quedaba lejos. Además el tren no salía de ahí, asi que debíamos estar en hora por las dudas que pasara antes. Eso no sucedió, se atrasó como era de esperar. Esta vez al ser tren diurno no teníamos camas, sino que íbamos en asientos blandos como les llaman acá. Es una especie de asiento de ómnibus interdepartamental. Tenía bastante espacio y era cómodo, con mesas y todo. Fuimos 5hs mirando en la tele que había una novela vietnamita muy bizarra, que parecía ser una historia de amor con un tercero en discordia. La ruta estaba buena, ya que por momentos pasamos por túneles que atravesaban montañas, y por acantilados cerca del mar también. Al llegar salimos a buscar transporte hacia Hoian, ya que el tren terminaba en Da Nang. Conseguimos uno que era re buena onda. Cuando le dijimos Uruguay saco la billetera y nos mostro un billete de 20 pesos uruguayos que tenía plastificado que le había dado un uruguayo. Y siguió sacando cosas, tenía libros como de fotos de los clientes que había llevado, con dedicatorias de todos ellos. Y buscaba… y buscaba… las páginas hasta que la encontró, una foto de gurises del grupo de viaje 2013 con pegotín y todo. Iba escuchando Abba a todo volumen y cantando las canciones. Nos llevo a la tienda de ropa de la hermana y nos regalo agua para todos. Una verdadera figura el hombre. Nos dejo en el hostel y comimos algo ahí mismo ya que era muy barato y estaba muy buena la comida. Nos fuimos a dormir la siesta y ahí en una agarre el celular y leí que había habido un segundo terremoto en Nepal, con esto quedaba casi descartada nuestra ida ya que quedaban pocos días y la situación en ese país seguía complicada. Lo comente a todos mientras estábamos acostados y seguimos durmiendo un rato más. En una se despierta Juan exaltado y nos dice, “Gurises, no saben lo que soñé… que había otro terremoto en Nepal” y nos empezamos a matar de la risa pensando que estaba jodiendo. Pero no, realmente él estaba tan dormido cuando lo dije que pensó que lo había soñado. Nos despertamos y fuimos a caminar por el centro y las tiendas que hay. Una zona muy linda para recorrer así que caminamos bastante, muy tranquila como una ciudad del interior y no con tanta gente. Volvimos al hostel a cenar y fuimos a la piscina a tomar una cerveza escuchando música, y cenamos algo.
 

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